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Sin apoyo de la izquierda, el Gobierno sueco pierde una histórica moción de censura

Una ley que desregula el precio de los alquileres provocó que el Gobierno socialdemócrata sueco perdiera el apoyo de la izquierda, que se sumó a la moción de censura presentada por los grupos de derecha. La crisis fuerza una difícil negociación o la convocatoria de elecciones.

El Gobierno del socialdemócrata Stefan Löfven perdió ayer una histórica moción de censura en el Parlamento, votada por uno de sus aliados y la oposición de derecha, y que deja a Suecia en la disyuntiva de las negociaciones para formar otro Ejecutivo y las elecciones anticipadas.

La moción culmina un proceso iniciado el martes, cuando el Partido de Izquierda dio un ultimátum de 48 horas al Gobierno para que retirase o modificase un proyecto de reforma de la ley de alquileres si quería seguir contando con su apoyo en la Cámara, decisivo para la mayoría.

El ultraderechista Demócratas de Suecia (SD) se apresuró a presentar una moción y conservadores y democristianos, a anunciar su apoyo, pese a que están a favor de la reforma. El Gobierno lanzó el domingo una oferta para negociar, pero los izquierdistas la rechazaron posibilitando la primera moción de censura que pierde un primer ministro sueco en ejercicio.

Löfven se ha dado una semana para «hablar con nuestros aliados y reflexionar sobre qué camino tomar».

El primer ministro consideró que la «mayoría accidental» de los cuatro partidos que apoyaron la moción no tiene ningún proyecto de Gobierno conjunto y criticó a la izquierda por no querer negociar su oferta de última hora.

El vacio que el resto de fuerzas le han hecho al SD desde que entró en el Parlamento en 2010 permitió a Löfven gobernar así en minoría en su primera legislatura (2014-2018) y repitió la jugada en la segunda, a pesar de que el centroderecha ganó las elecciones, aunque esta vez tuvo que hacer lo más difícil: un pacto con centristas y liberales, además de los ecologistas, con varias propuestas polémicas y que debía ser apoyado por la izquierda.

La izquierda marcó entonces dos líneas rojas, el mercado laboral y el régimen de alquileres, aunque aceptaron la primera reforma al surgir de un pacto entre patronal y sindicatos. Aunque Löfven es buen negociador y ha sobrevivido a otras crisis, tendrá difícil salir de esta o evitar nuevas elecciones. Conservadores y democristianos hace meses que aceptaron negociar con la ultraderecha y gobernar con su apoyo. Y el Partido Liberal muestra abiertamente su preferencia por un candidato del centroderecha.

El Partido de la Izquierda quiere que Löfven vuelva al Gobierno «pero sin alquileres fijados por el precio de mercado».