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Maniobras militares y otro incidente naval elevan la tensión en el mar Negro

Una semana después del incidente entre la Armada rusa y un destructor británico, ahora es Países Bajos el que acusa a Moscú de hostigar a una de sus fragatas en el mar Negro, a la vez que la OTAN y Ucrania llevan a cabo las mayores maniobras navales en un cuarto de siglo.


Países Bajos acusó a Rusia de «crear una situación peligrosa» para su barco, la fragata Evertsen, cuando el buque de guerra se encontraba al sureste de Crimea. y denunció que los cazas rusos, «armados con bombas y misiles aire-tierra», intimidaron al barco durante varias horas, volando muy bajo y cerca del buque, tras lo que «tuvo fallas de su equipo electrónico».

La ministra de Exteriores neerlandesa, Ank Bijleveld, calificó las acciones de los cazas rusos e «inseguras» e «irresponsables» y añadió que el barco «tiene todo el derecho para navegar allí», por lo que no hay «ninguna justificación para estas acciones agresivas».

Por su parte, Moscú defendió que envió un caza Su-30 y bombarderos Su-24 para prevenir el cruce ilegal de la frontera rusa y señaló que estos volaron a una distancia segura cerca del buque neerlandés y «de acuerdo con las reglas internacionales para el uso del espacio aéreo».

Este incidente con el barco neerlandés se produce una semana después de que Rusia indicara que un caza había realizado un bombardeo de advertencia en la ruta del destructor HMS Defender de la Armada británica, después de que se introdujera en las aguas territoriales de Rusia cerca de la península de Crimea.

El incidente que fue desmentido por el Gobierno británico, que afirmó que su buque realizaba «un paso inocente a través de aguas territoriales ucranianas, de acuerdo con el derecho internacional» y no escuchó ninguna salva de advertencia.

Sin embargo, documentos clasificados del Ministerio de Defensa británico hallados en una parada de autobús revelaron que Londres ya contaba con que Rusia podía responder a la incursión del destructor y que la operación fue preparada por altos cargos de Defensa para comprobar la «fiesta de bienvenida» de las fuerzas rusas.

El presidente ruso, Vladimir Putin, acusó ayer a EEUU de haber participado en este incidente, que calificó como «una provocación». En un evento anual en el que responde a las preguntas de la ciudadanía, Putin indicó que antes de la incursión del HMS Defender, un avión espía estadounidense había despegado desde un aeródromo de la OTAN en Grecia. «Era evidente que el destructor entró en el territorio ruso con fines militares, intentando descubrir con la ayuda del avión espía las acciones de las fuerzas rusas», señaló.

En este contexto de tensiones, Ucrania y la OTAN comenzaron el lunes en el mar Negro ejercicios militares conjuntos bautizados «Sea Breeze».

Las maniobras, que se realizan desde 1997, reunirán este año el mayor número de efectivos de su historia con más de 30 países participantes, entre ellos, además de Ucrania, EEUU –países anfitriones– Canadá, Gran Bretaña, Países Bajos y Turquía, con 5.000 efectivos, 32 barcos y 40 aviones.