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Los cambios en el orden mundial, vistos desde Moscú

Finalizada la gira de Joe Biden por Europa, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, escribió un largo artículo en el que analiza los cambios que se están produciendo en el orden mundial. Destaca los intentos de Occidente por construir instituciones internacionales a su medida al tiempo que ignora a las actualmente existentes. Cree que es un intento fallido para mantener una influencia en claro declive y aboga por acuerdos entre diferentes.


En un largo artículo, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, analiza los cambios que se están gestando en el orden mundial. Comienza con la gira de Joe Biden por Europa que fue meticulosamente preparada para dar un mensaje de unidad con objeto de forzar al resto de países a seguir las pautas de Occidente. A su juicio, en los documentos de Cornualles y Bruselas, se desarrolla el concepto de «orden mundial basado en reglas» en oposición a los principios universales del derecho internacional, consagrados principalmente en la Carta de la ONU.

Lavrov señala que Occidente evita cuidadosamente explicar sus «reglas», y se pregunta «por qué son necesarias, si existen miles de instrumentos de derecho internacional, que todos han firmado y que contienen obligaciones claras de los Estados y mecanismos transparentes para verificar su implementación».

El objetivo de ese concepto sería implementar la idea estadounidense de convocar una «cumbre por la democracia» con invitados cuidadosamente elegidos en la que, según Lavrov, «los ‘países donantes de democracia’ asumirán ‘mayores compromisos’ para la generalización de ‘estándares democráticos’ y desarrollarán sus propios mecanismos para controlar estos procesos».

La nueva carta del Atlántico que firmó Joe Biden con Boris Johnson, rememorando la firmada en 1941, no contiene ninguna referencia a la ONU o la OSCE, únicamente recoge «el compromiso colectivo de Occidente con los compromisos de la OTAN como, de hecho, ‘el único centro legítimo de toma de decisiones’ (así es como el exsecretario general de la OTAN Anders Fogh Rasmussen describió la importancia de la Alianza del Atlántico Norte en 2014)». A juicio de Lavrov, «esta filosofía también constituye la base para la preparación de la mencionada ‘cumbre por la democracia’».

El jefe de la diplomacia rusa considera que definirse como «‘el único centro legítimo de toma de decisiones’ no acercará la solución de los problemas –no inventados sino reales– para la superación de los cuales se requiere un diálogo y respeto mutuo con la participación de los países líderes y teniendo en cuenta los intereses de todos los demás miembros de la comunidad mundial. Esto presupone una confianza incondicional en las normas y principios del derecho internacional generalmente reconocidos: respeto a la igualdad soberana de los Estados, no injerencia en sus asuntos internos, solución pacífica de controversias, reconocimiento del derecho de los pueblos a determinar su propio destino».

Lavrov señala que a Occidente «le gustaría frenar artificialmente el proceso objetivo de formación de un mundo policéntrico. De ahí el intento de fundamentar ideológicamente una nueva lectura del multilateralismo, como se manifiesta en la iniciativa franco-alemana para promover el ‘multilateralismo efectivo’, que, como se enfatiza, no se encarna en el multilateralismo universal de la ONU, sino en los ideales y acciones de la Unión Europea que deberían servir de modelo para todos los demás».

A juicio de Lavrov «esto no es democrático y es contrario a los principios del verdadero multilateralismo».

Acuerdos multilaterales

El ministro de Exteriores señala que «es mucho más difícil aceptar la competencia de las ideas sobre el desarrollo del mundo que acordar recetas para toda la humanidad en un estrecho círculo (donde no hay disputas fundamentales y, por lo tanto, es poco probable que nazca la verdad). Pero llegar a un acuerdo sobre plataformas universales hace que los acuerdos sean inconmensurablemente más confiables, estables y objetivamente verificables».

Por último señala que «en cuanto a Rusia, ya es hora de entender que la esperanza de jugar con nosotros en una sola portería ha terminado. Todos los hechizos de las capitales occidentales sobre su disposición a normalizar las relaciones con Moscú si se arrepiente y cambia su comportamiento han perdido todo sentido, y el hecho de que muchos continúen planteándonos demandas unilaterales por inercia no honra su capacidad para evaluar adecuadamente lo que está sucediendo».

«El desarrollo autónomo e independiente, la protección de los intereses nacionales, pero con disposición para negociar con socios externos en pie de igualdad, ha sido durante mucho tiempo la base de todos los documentos doctrinales de la Federación de Rusia«, concluye.

Post-sobietar espazioa

Hamar egun geroago, Vladimir Putin Errusiako presidenteak “Errusiarren eta ukrainarren batasun historikoari buruz” izeneko beste artikulu bat argitaratu zuen. Garrantzitsuena da postsovietar espazioari buruzko errusiarren ikuspegia ematen duela. Orain arte Errusiak jarrera anbiguoa bazuen ere, Putinek oraingoan hau aipatzen du: «Ez dugu inoiz onartuko gure lurralde historikoak eta gure gertuko pertsonak Errusiaren aurka erabiltzea». Eta beste hau gaineratzen du: «Saiakera hori egiten dutenei esan nahi diet horrela euren herrialdea suntsituko dutela». Statu quo-a onartu du Errusiak, baina ohartarazi du aldatzeko edozein saiakera ez dela erantzunik gabe geratuko. I. ESNAOLA