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Noruega apela contra el odio en el décimo aniversario de Utøya


La primera ministra noruega, la conservadora Erna Solberg, y su antecesor en el cargo, el socialdemócrata Jens Stoltenberg, llamaron a levantarse contra el odio, en el décimo aniversario del doble atentado del ultraderechista Anders Behring Breivik, que dejó 77 muertos. «El terror del 22 de julio fue un ataque contra la democracia», advirtió la jefa del Gobierno, en un acto celebrado en el ayuntamiento de Oslo.

«La respuesta debe ser el ‘nunca más’ al delirio del odio», apuntó por su parte el actual secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, por entonces al frente del Ejecutivo.

Los mensajes de ambos políticos centraron los primeros actos en este décimo aniversario del que fue el más grave ataque sufrido en Noruega en tiempos de paz.

Breivik colocó una furgoneta-bomba en el complejo gubernamental de Oslo, matando a 8 personas. Luego, disfrazado de policía, condujo 40 kilómetros, tomó el transbordador a Utøya, escenario del campamento anual de las Juventudes Laboristas (AUF). Y recorrió la isla durante 77 minutos, matando a quienes consideraba defensores del multiculturalismo y una amenaza para Noruega. 69 personas fallecieron en la isla. La lentitud de las fuerzas policiales en llegar y las negligencias del operativo fueron objeto de un amplio debate.

Breivik, que antes de su ataque colgó un manifiesto exponente de sus posiciones ultraderechistas, fue condenado a 21 años de cárcel prorrogables.

Según un estudio del Centro Nacional para la Violencia y Estrés Postraumático, uno de cada tres supervivientes tiene estrés postraumático y cefaleas crónicas; la mitad, ansiedad, depresión y problemas para dormir.