«Por favor, llévanos contigo», clamor desesperado por huir de Afganistán
Miles de afganos continuaban ayer su peregrinar hacia el caótico aeropuerto de Kabul con la esperanza de poder abandonar el país, desde hace una semana en manos de los talibanes. Las avalanchas provocadas por el pánico y la desesperación se han cobrado ya al menos siete vidas. Washington, que alerta de la amenaza «real» de un atentado del ISIS contra la multitud congregada, ha movilizado a la aviación civil para acelerar la «difícil» evacuación.
El aeropuerto congestionado, amenazas a la seguridad, muertes en el caos... Una semana después de la toma del poder por los talibanes en Afganistán, miles de personas seguían intentando ayer huir de su país arriesgando sus vidas, mientras continúan las operaciones de evacuación desde países extranjeros en condiciones difíciles.
Las escenas de pánico y desesperación, que se han sucedido durante una semana en el aeropuerto de Kabul, han provocado ya la muerte de al menos siete civiles, al parecer en una avalancha en medio de ese caos.
«Por favor, llévanos contigo». Es el grito desesperado de los afganos agolpados en los alrededores del aeropuerto de Kabul a la espera de abandonar Afganistán. Ayer, en un convoy de autobuses escoltados por los talibanes, los afganos afortunados tuvieron que abrirse paso entre la multitud de compatriotas desesperados por unirse a ellos en un vuelo al extranjero sin poder ayudarles.
Lo contó a AFP un periodista que formaba parte de un grupo de trabajadores de prensa y académicos que salió de un hotel en el centro de Kabul por la mañana. Estaban en un cruce de caminos en el trayecto al aeródromo: «Tan pronto como vieron nuestro convoy, se levantaron y corrieron hacia nosotros. Nos mostraban sus pasaportes y otros documentos (...) Un hombre se acercó a mi ventana con su esposa y su hijo, y agitó su pasaporte, diciendo: ‘Tengo un visado británico, pero no puedo montar. Por favor, permítanos subirnos al autobús’».
«Nos mostraban sus pasaportes y nos gritaban: ‘Llévanos contigo, por favor llévanos contigo’», agregó el periodista. «El combatiente talibán que viajaba en el camión frente a nosotros disparó al aire para dispersarlos», narró.
Los talibanes han sido acusados de bloquear, acosar o incluso detener a los afganos que intentan escapar. Pero según este periodista, su convoy pasó sin el menor problema.
Desde que los talibanes reconquistaron el poder el 15 de agosto, decenas de miles de personas han sitiado el aeropuerto en total anarquía, intentando, a menudo sin éxito, abordar alguno de los vuelos de evacuación realizados por EEUU y sus aliados.
Una semana después, aún esperando un milagro, miles de familias todavía se concentran en el espacio vacío entre las dos filas de alambre de púas que separan a los talibanes de los estadounidenses, y el acceso al aeropuerto sigue siendo muy complicado. Los soldados de EEUU, desplegados por varios miles para intentar asegurar el aeródromo, están a cargo de lo que su presidente, Joe Biden, ha calificado como una de las «operaciones de evacuación más difíciles de la historia».
Apoyo de aerolíneas civiles
El Pentágono pidió ayer la asistencia de varias aerolíneas comerciales estadounidenses en las labores de evacuación de quienes quieren escapar del Afganistán talibán. No despegarán de Kabul, pero ayudarán a transportar a los que han sido evacuados a terceros países. De este modo, agregó el Pentágono, se permitirá «a los aviones militares centrarse en las operaciones de llegada y salida de Kabul».
Mientras, Washington alcanzó acuerdos con países como Alemania, Estado español, Qatar y Bahrein para que acojan temporalmente a estadounidenses, solicitantes de visas especiales y afganos en riesgo en tránsito hacia territorio estadounidense.
Desde el 14 de agosto, unas 25.100 personas han sido evacuadas de Afganistán a bordo de aviones militares de EEUU y sus aliados, según la Casa Blanca.
En una entrevista con ABC, el presidente, Joe Biden, dijo que su país planea evacuar a todos los estadounidenses (entre 10.000 y 15.000 personas) y espera poder hacer lo mismo con los aliados afganos y sus familias (entre 50.000 y 65.000 personas).
«Los estadounidenses quieren sacar a 60.000 personas antes de fin de mes. Es matemáticamente imposible», sentenció el responsable de la diplomacia europea, Josep Borrell.
Pero las labores de evacuación puede complicarse aún más. Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional de Biden, aseguró ayer que la amenaza de un ataque terrorista por parte del Estado Islámico (ISIS) contra las multitudes congregadas en el aeropuerto de Kabul es «real».
En una entrevista en CNN, Sullivan remarcó que «la amenaza es real, grave y persistente» y recalcó que la prevención de un ataque en el aeródromo es una de las «principales prioridades» de sus tropas.
«Nuestros comandantes en el terreno tienen una amplia variedad de opciones que están empleando para defender el aeropuerto contra un potencial ataque terrorista. Estamos trabajando duro con nuestra comunidad de Inteligencia para aislar y determinar de dónde podría provenir un ataque», sostuvo Sullivan.
Los talibanes acusan a EEUU
Los talibanes acusaron ayer a Estados Unidos de ser responsable del caos en el aeropuerto y de haber «fracasado en su intento de poner orden». «Estados Unidos, con todo su poder y equipo (...) no ha logrado poner orden en el aeropuerto. Hay paz y calma en todo el país, pero solo hay caos en el aeropuerto de Kabul (...) Debe terminar lo antes posible», sostuvo Amir Khan Mutaqi, un alto cargo talibán.
Por su parte, Abdulqahar Balji, miembro de la Comisión Cultural Afgana, calificó como «desafortunada» la «histeria» desatada en Kabul con miles de personas intentando llegar desesperadamente al aeropuerto para huir del país.
Respecto a la seguridad en torno a la terminal aérea, dijo que los talibanes que están controlando sus accesos desde el exterior y las tropas de EEUU, que controlan su interior, «están en constante contacto».
Aunque este movimiento talibán se esfuerza en prometer una versión más amable de su brutal régimen de 1996 a 2001, miles de afganos aterrorizados continúan tratando de huir.
De hecho, sus promesas no tienen credibilidad y sus hechos lo corroboran. Unos días después de haber tomado el control del país, los talibanes han empezado a rastrear periodistas y activistas a los que consideran ser una amenaza para sus reglas, a través de búsquedas puerta a puerta, de tácticas de intimidación, dirigiéndose a las mezquitas locales o sirviéndose de oficiales de policía corruptos para encontrar información.
Anuncian una ofensiva sobre el indómito valle de Panshir
Los talibanes anunciaron ayer que sus combatientes se dirigían al valle de Panshir, prácticamente la única zona de Afganistán que aún están fuera de su control. «Cientos de muyahidines en el Emirato Islámico se dirigen al estado de Panshir para el control después de que los funcionarios locales se negaron a entregarlo pacíficamente», escribieron en Twitter.
Tras su entrada en Kabul el 15 de agosto tras una ofensiva relámpago en la que no encontraron apenas resistencia, en el indómito e inaccesible valle de Panshir, bastión antitalibán, se ha formado el Frente Nacional de Resistencia (FNR), liderado por Ahmad Masud, hijo del comandante Ahmed Shah Masud, al que Al Qaeda mató en 2001.
Su portavoz, Ali Maisam Nazary, dijo a AFP que el FNR se está preparando para «un conflicto duradero» con los talibanes si no logra negociar con ellos la formación de un Gobierno inclusivo, para lo que Masud se mostró dispuesto.GARA