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EDITORIALA

COP26 y la pandemia, un augurio nefasto


Hablar de causalidades sería una osadía, pero son muchas las intersecciones en las que se cruzan crisis climática y pandemia. En las causas de la primera encontramos el por qué de muchos de los efectos de la segunda. Un transporte basado en los combustibles fósiles, globalizado y barato –cuando no subvencionado–, ha ayudado a que esta sea la pandemia más veloz y global de la historia de la humanidad. Las desigualdades fruto del sistema capitalista, que requiere un crecimiento constante basado en la economía fósil, son las que hacen que el mayor impacto de la crisis sanitaria recaiga, país a país, sobre los sectores más empobrecidos.

Del mismo modo, desde el inicio de la pandemia se ha insistido en que la respuesta global al SARS-CoV-2 no es sino un entrenamiento para la respuesta masiva y coordinada que requiere la emergencia climática a escala planetaria, a nivel de especie humana. El suspenso en esta materia es inapelable, y la prueba la encontramos en la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático (COP26) que se celebrará en Glasgow en noviembre. Según alertaron ayer más de 1.500 organizaciones de 130 países, la inequidad en el acceso a las vacunas, unida a las restricciones que impone Gran Bretaña a los países afectados por el coronavirus, pone en peligro la participación de numerosas delegaciones gubernamentales y de la sociedad civil. Concretamente, las procedentes de aquellos países pobres con alta incidencia del virus y mínima tasa de vacunación. Es decir, el peligro de una conferencia climática de ricos –que por otra parte dominan igualmente el juego– es una realidad.

No es fácil imaginar un peor augurio sobre el futuro de la crisis climática, ante la cual son los países ricos los que deben asumir responsabilidades y, sobre todo, gastos. Los últimos en recordarlo, de forma poco sospechosa, han sido más de 200 revistas científico-médicas, en un inédito y contundente editorial conjunto. Es de justicia que así sea, pero es que además no hay otra alternativa real.