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La desnutrición avanza entre embarazadas y lactantes en la región etíope de Tigray


Casi ocho de cada diez mujeres embarazadas y lactantes en la región de Tigray, en el norte de Etiopía, sufren desnutrición, un nivel sin precedentes en la zona y que evidencia la delicada situación humanitaria desde el inicio del conflicto en el mes de noviembre de 2020.

La ONU estima que 5,2 millones necesitan ayuda en varias regiones septentrionales del país africano, donde los suministros siguen llegando a cuenta gotas. En la semana entre el 21 y el 28 de setiembre, solo llegaron 79 camiones con ayuda, cuando en realidad deberían haber entrado unos cien por día para cubrir las necesidades.

La situación alimentaria preocupa especialmente en colectivos como las mujeres embarazadas y con hijos en edad lactante, ya que de las 15.000 personas examinadas en un estudio, más de 12.000 –el 79%– sufría desnutrición aguda.

El bloqueo de la llegada de suministros desde junio ha derivado, además, en un aumento del precio de productos básicos, en un contexto en el que, por ejemplo, los funcionarios no cobran su sueldo. El aceite se ha disparado un 400%, la sal un 300% y el arroz un 100%.

Agentes de la ONU

Por otra parte, el Gobierno de Etiopía ha declarado «persona non grata» a siete trabajadores de diferentes agencias de la ONU por «entrometerse en los asuntos internos del país».

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha expresado su «plena confianza en el personal que está en Etiopía haciendo este trabajo», para garantizar el «compromiso de la organización con los etíopes que dependen de la asistencia».