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Macron recula tras amenazar con represalias a los pesqueros británicos

París tenía previsto aplicar a medianoche las primeras medidas de represalia contra los pescadores británicos como protesta por la limitación de licencias a los pesqueros franceses, pero dos horas antes reculó.


El presidente francés, Emmanuel Macron, decidió ayer dejar en suspenso las medidas de represalia contra los británicos por el conflicto pesquero, que debían entrar en vigor a medianoche, a la espera de que hoy. Mientras continúan las discusiones diplomáticas y en un contexto de escalada de la tensión con Gran Bretaña, que insta al Estado francés a abandonar sus amenazas, Macron señaló, dos horas antes de la aplicación de las primeras medidas de represalia, que había sido confirmada por el Elíseo, que «no vamos a imponer sanciones mientras negociamos».

París amenazaba con imponer a partir de esta medianoche medidas contra los británicos, como la prohibición de recalar en puertos franceses o la imposición de mayores controles sanitarios y aduaneros y limitar las importaciones de pescado británico, para protestar por la falta de licencias para que los pesqueros franceses puedan faenar en aguas británicas.

«Deseo que podamos encontrar una salida favorable. Las próximas horas son importantes. Me temo que ha habido varios encontronazos y algunos excesos en los comentarios que he leído. Hay que saber guardar la razón sin perder la exigencia por la defensa de nuestros intereses», indicó en declaraciones recogidas por France Info.

Al llegar a Glasgow, para participar en el COP26, Macron se reunió con su homólogo británico, Boris Johnson, con quien intercambió un saludo de codos y minutos de charla y sonrisas de cortesía ante las cámaras.

Olivier Lepretre, presidente del Comité de Pesca de Boulogne-sur-Mer, una de las principales localidades afectada por el conflicto pesquero, indicó que «si la situación permanece bloqueada, los pescadores van a mostrar los dientes, tienen que trabajar y poder pescar en aguas británicas como viene siendo desde el inicio de los tiempos».

La solución francesa también es temida por sus pescadores, pues la mercancía que llega de Gran Bretaña representa una parte importante del negocio de las empresas que procesan el pescado inglés y son un motor de empleo.

«Dejad de amenazar (…) y aceptad que tenemos todo el derecho de asignar licencias de pesca en virtud del acuerdo», defendió la ministra británica de Exteriores, Liz Truss. Aseguró, además, que reclamarán las medidas compensatorias del acuerdo comercial fijado con la UE tras el brexit si «no hay una solución en 48 horas».