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Los obispos franceses debaten cómo indemnizar a las víctimas de pederastia

Un mes después de que un informe denunciara que al menos 216.000 menores fueron víctimas de pederastia en el seno de la Iglesia católica francesa en los últimos 70 años, los obispos del país iniciaron ayer una reunión clave centrada en la indemnización de esos casos y en los cambios que deben imponerse.


La asamblea plenaria de los obispos franceses, que se celebra hasta el lunes próximo en Lourdes, dedica a la lucha contra las agresiones sexuales sobre menores el grueso de su agenda y se prevé que finalice con resoluciones de las que se esperan medidas concretas para reparar la situación, según afirmaron en su presentación.

Su presidente, Éric de Moulins-Beaufort, destacó «algo que creo que está en el corazón y en la mente de todos los obispos: la gran vergüenza de ver todo ese sufrimiento e injusticia», indicó el obispo de Versalles, Luc Crépy. En la anterior asamblea, en marzo, la Iglesia católica francesa anunció la creación de un fondo específico para ayudar financieramente a víctimas de abusos sexuales a manos de sacerdotes, compuesto de aportaciones voluntarias, y la institución, marcada por el impacto del informe, prevé ir más lejos.

No en vano, un sondeo difundido por el diario católico “La Croix” el pasado 28 de octubre apuntaba que el 85% de los católicos encuestados decía estar «en cólera» tras la publicación de la investigación de la comisión independiente Ciase que denunció que al menos 216.000 menores fueron víctimas de pederastia en los últimos 70 años.

El 76% de los encuestados consideró que la reacción de la jerarquía eclesiástica no había estado a la altura.

«El informe amplía en cierta manera todos los campos en los que la Iglesia es responsable», indicó el obispo de Versalles, según el cual la cuestión de la responsabilidad es tan importante como la de cómo responder a las recomendaciones recibidas, que incluyen revisar el secreto de confesión.

«La indemnización será abordada. Hay pensar en las víctimas para quienes el delito ya ha prescrito y que, por lo tanto, no tendrán una condena penal. Pensar en cómo la Iglesia debe trabajar para reconocer a esas personas y hacer un acto de justicia», señaló el obispo. El informe superó las peores previsiones y algunas víctimas reclamaron la dimisión en bloque de todos los obispos. Algo que descartaron ayer, no sin aceptar que algunos sí podrían acabar abandonando su puesto.