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Calma tensa en el norte de África tras el ataque mortal en el Sahara

La tensión entre Marruecos y Argelia subió el miércoles un peldaño más después de que Argel acusara a Rabat de la muerte de tres camioneros argelinos en un ataque con un dron en una carretera del Sahara y prometiera represalias. Una calma tensa envuelve desde entonces el norte de África a la espera de que el Consejo de Seguridad argelino recomiende al presidente el tipo de respuesta. Marruecos se aferra al «respeto de los principios de buena voluntad».


Una tensa calma bélica envuelve el norte de África en espera de la respuesta «de castigo» que Argelia ha prometido tras denunciar el ataque con un avión de combate marroquí no tripulado contra un convoy de camiones en una carretera del Sahara, en el que murieron tres civiles argelinos. Este suceso elevó más la tensión entre Marruecos y Argelia, que había roto relaciones con Rabat en agosto.

El ataque tuvo lugar el 1 de noviembre, entre Ain Bentili y Bir Lahlou, una zona aislada en territorio liberado saharaui, utilizada para el comercio entre Argelia y Mauritania. Argel apuntó a Marruecos, sin aportar más detalles que la utilización de armamento sofisticado, y prometió «represalias» al considerarlo un «acto hostil premeditado» del Ejército alauí, que ocupa ilegalmente el Sahara Occidental desde 1975.

La página digital especializada en asuntos de seguridad Menadefense informó de que los camiones quedaron calcinados debido a un disparo de precisión teledirigido hecho a plena luz del día desde un avión no tripulado clase Bayraktar TB2, de fabricación turca, o Hermes 450, de fabricación israelí, que había despegado minutos antes desde una base aérea de Smara, en los territorios ocupados por Marruecos.

Mientras se espera que se reúna el Consejo de Seguridad argelino, que será el que recomiende al presidente el tipo de respuesta, la Presidencia prometió que la muerte de los camioneros «no quedará sin castigo», lo que abre varios posibles escenarios.

Akram Kharief, director de Menadefense, descartó, en declaraciones a Efe, una respuesta militar directa similar. «Lo único cierto es que el Ejército argelino no bombardeará a civiles marroquíes, una opción totalmente excluida. Otras posibilidades son despliegues aéreos, un reforzamiento de las fuerzas en la frontera y un reforzamiento de la seguridad militar en la zona del lado saharaui», opinó Kharief.

Diplomática y política

«Hasta ahora hay una escalada diplomática y política y mucha tensión militar, pero creo que la actitud argelina no predice que habrá una aceleración en este sentido. Ninguno de los dos países quiere entrar en una guerra o al menos ser el primero en desencadenarla. La tensión militar se mantendrá, pero la voluntad de los dos países de ir a la guerra no existe», insistió.

Una fuente de seguridad precisó a Efe desde el anonimato que el Ejército argelino, uno de los fuertes en la región, «no gastará tiempo ni armamento de alto poder para entrar en una guerra» y vaticinó que Rabat tampoco lo hará porque «sabe que saldría perdiendo». «Ningún país quiere entrar en esta guerra. Ese es el objetivo de fuerzas extranjeras que quieren desestabilizar la región», advirtió.

Una fuente marroquí aseguró el miércoles a AFP que Marruecos no se verá envuelto en una guerra con Argelia. «Marruecos nunca se verá arrastrado a una espiral de violencia y desestabilización regional con provocaciones y amenazas», insistió desde el anonimato. Y sostuvo que «Marruecos nunca ha atacado ni atacará a los ciudadanos argelinos, sean cuales sean las circunstancias y provocaciones», aunque Rabat no ha dicho nada.

Ayer, el portavoz del Gobierno marroquí, Mustafa Baytas, se limitó a decir que su país se aferra «al respeto escrupuloso de los principios de buena vecindad» con sus vecinos.

Las relaciones entre Marruecos y Argelia siempre ha sido tumultuosa desde que ambos se independizaron de Francia a finales de los años 50 y principios de los 60, que fueron también marcadas por momentos de tensión y otros de tregua.

El origen de las hostilidades tiene como telón de fondo el conflicto del Sahara Occidental, ya que Argelia –que apoya y acoge al Frente Polisario y los campamentos saharauis en su territorio en Tinduf– defiende la necesidad de un referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui, mientras que Marruecos ha desechado esa opción y proclama su soberanía sobre el territorio saharaui.