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Minsk amenaza con cortar el gas a Europa en caso de más sanciones

La crisis migratoria a las puertas de Europa, en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, se agrava y la tensión entre Bruselas y Minsk aumenta. Alexandr Lukashenko amenazó ayer con cortar el suministro de gas ruso hacia Europa en caso de que se impongan nuevas sanciones a su país. Los movimientos en la frontera se intensifican, igual que los diplomáticos. Mientras, la situación humanitaria de los miles de refugiados y migrantes varados empeora.


El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, elevó hoy el grado de tensión con la Unión Europea (UE) al amenazar con cerrarle la llave del gas y el tránsito comercial, en respuesta a las inminentes sanciones comunitarias contra el país.

Como muestra de la creciente preocupación de la comunidad internacional, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas tenía previsto reunirse con urgencia ayer para examinar la situación entre esos Bielorrusia y Polonia, en cuya frontera miles de migrantes están bloqueados en condiciones difíciles.

Más de 2.000 personas se hallan en un campamento improvisado en el lado bielorruso, donde luchan contra temperaturas de 0ºC. Atrapados en una boscosa zona fronteriza, los refugiados y migrantes han empezado a recibir ayuda humanitaria de emergencia, que incluye mantas, ropa de abrigo y pañales, les fue entregada el jueves, dijo un portavoz del Acnur.

Bruselas, que teme una ola migratoria similar a la de 2015, acusa a Alexander Lukashenko, cuya victoria electoral de 2020 no reconoce, de haber orquestado esta afluencia para vengarse por las sanciones impuestas por Occidente, y anunció nuevas medidas punitivas la semana próxima. Lukashenko dijo que respondería a cualquier nueva sanción y ayer amenazó con suspender el funcionamiento del gasoducto Yamal-Europa, que pasa por su territorio y entrega gas ruso, combustible vital para los europeos en plena crisis energética.

Poco antes, su ministro de Exteriores, Vladimir Makei, llamó a la UE al diálogo, afirmando que Minsk estaba a favor de una solución «lo antes posible».

El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, estimó que su país era objeto de una «guerra diferente», en la que «las municiones son civiles».

El aumento de la tensión llevó ayer a la canciller alemana, Angela Merkel, a expresarse en parecidos términos al insistir ante el presidente ruso, Vladimir Putin, en que Minsk recurre a «gente indefensa» para lanzar su «ataque híbrido» contra la UE e instarle a utilizar su influencia, a lo que Putin respondió abogando de nuevo por el restablecimiento de los contactos entre Bruselas y Minsk para resolver la crisis. También París consideró que Rusia es parte de la solución.

El Gobierno polaco acusó a Turquía, como ya había hecho con Rusia, de facilitar la llegada de migrantes de Estambul a Minsk, lo que tanto Ankara Turkish Airlines rechazaron categóricamente.

Refuerzos en la frontera

Mientras, Lukashenko ordenó al Ministerio de Defensa, al KGB y a las tropas fronterizas que garanticen «el control sobre el movimiento de tropas de la OTAN y de Polonia» y la seguridad en la frontera común, donde se pretende «provocar un conflicto».

Varsovia mantiene 15.000 efectivos desplegados allí para evitar que los refugiados crucen la demarcación. Las autoridades informaron de que en durante la noche del miércoles hubo 468 nuevos intentos de atravesarla y de que ayer un grupo de 150 personas repitió la intentona.

Y Ucrania, que comparte frontera con Bielorrusia al norte y Polonia al oeste, anunció su intención de desplegar 8.500 soldados adicionales, 3.000 guardias fronterizos, 3.500 miembros de la Guardia Nacional y 2.000 agentes de policía en su frontera con Bielorrusia para evitar una crisis similar.

Miles de polacos protestan por la «guerra» migratoria

Decenas de miles de personas desfilaron ayer por las calles de Varsovia en la marcha anual convocada por la extrema derecha para conmemorar el Día de la Independencia, en una jornada marcada por la crisis migratoria con Bielorrusia. Denunciaron que «Polonia está en guerra» por la situación en la frontera, «con Moscú atacando nuestra frontera, la Unión Europea atacando nuestra independencia y los medios de comunicación atacándonos con mentiras».

La manifestación estuvo encabezada por una representación de la Policía Militar, seguida de varios grupos ultraderechistas –entre los que hubo también representación húngara y española– como el ONR (Campo Nacional Polaco), calificado como fascista en una reciente sentencia judicial por propugnar «una Polonia homogénea».

Durante la marcha se gritaron consignas contra Rusia y contra «todos los enemigos de Polonia», así como en favor de «estar preparados para una guerra».GARA