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DERECHO A DECIDIR

Gure Esku: «Es el momento de ir en la misma dirección»

La declaración que Gure Esku presentó ayer en Arantzazu viene a destacar que el derecho a decidir es factible en Euskal Herria: «Es hora de actuar. Somos decisión, somos camino».

El clamor a favor del derecho a decidir se escuchó en voz alta desde un lugar muy significativo de Euskal Herria: Gure Esku presentó ayer la Declaración de Arantzazu, apoyada por decenas de firmantes que no necesitan presentación: Juan Jose Ibarretxe, Rafa Díez Usabiaga, Iñaki Goirizelaia, Nekane Balluerka, Olatz Salvador, Paul Bilbao, Ramon Zallo, Ugo Mayor, Unai Pascual, Iñaki Soto, Martxelo Otamendi, Amaia Goirigolzarri, Amets Martinez de Heredia, Andoni Aizpuru, Eneritz Zabaleta, Gaizka Aranguren, Garbiñe Aranburu, Gemma Zabaleta, Gorka Espiau, Helena Franco, Kiko Caballero, Laura Mintegi, Lorea Agirre, Iñigo Urrutia, Ximon Fuchs... y otras muchas más.
La declaración fue leída por los periodistas Andoni Aizpuru y Pilar Kaltzada, en una comparecencia de aforo limitado, ante medio centenar de agentes que suscriben el mensaje.
Previamente tomó la palabra el portavoz de Gure Esku, Josu Etxaburu, para destacar el «amplio y plural apoyo» que ha recibido este documento. «Es hora de dar pasos adelante», indicó,  para añadir que, en ese camino, «todos los que estamos aquí, cada uno de nosotros, somos un activo» para «trabajar, acordar e impulsar un proceso para decidir nuestro futuro».
Manifestó que el reto principal sigue siendo reunir fuerzas para conseguir el marco legal necesario, así como «emprender» en todos los ámbitos. En este contexto, citó dos «hitos» que tendrá 2022: el 29 de enero, para iluminar 400 montañas junto a los catalanes, y el 2 de julio, en la subida a los Pirineos.

Seamos «artesanas»
«Reivindicamos la necesidad de elaborar, acordar e impulsar un proceso para decidir nuestro futuro. Quienes hoy nos reunimos en Arantzazu, cada cual desde su ámbito, queremos mostrar nuestro compromiso para poner nuestro grano de arena y, así mismo, queremos hacer un llamamiento a toda la sociedad para que asuma este reto», recoge la declaración.
Más concretamente, hacen «un llamamiento a los agentes sociales para que se impliquen en esta dirección; a las instituciones para que, atendiendo a la voluntad de la ciudadanía, se comprometan a institucionalizar y legislar el derecho a decidir»; y también «a toda la ciudadanía a trabajar para hacer realidad la voluntad colectiva. Seamos otra vez costureras y artesanas, tendamos puentes y convirtámonos en eslabones de esta cadena. Es hora de actuar, implicarnos y comprometernos. Somos decisión, somos camino», recoge el texto.
Las personas que lo han suscrito manifiestan su voluntad de influir en la política, el mundo sindical, la ciencia, la universidad, la cultura, el mundo del euskara y los medios de comunicación, y a nivel individual.
Consideran que «dar un salto en el camino hacia la soberanía está en nuestras manos. Depende de todas nosotras. Creámoslo». La llamada a unir fuerzas es otra clave importante de esta declaración: «Es el momento de ir en la misma dirección –subrayan– agentes sociales, instituciones y ciudadanía debemos ir de la mano, porque todos y todas tenemos cabida en este camino y solo cada cual puede ocupar su sitio».

«Una amplia mayoría»
La declaración parte de la referencia a algunas crisis actuales: «Es el momento de hacer frente a los retos que tenemos por delante. No vamos a poder hacer frente a la crisis climática si, cumbre tras cumbre, nos negamos a tomar medidas efectivas. No vamos a poder hacer frente a la crisis sanitaria si no somos capaces de articular una respuesta global. No vamos a poder hacer frente a la crisis sistémica si no adaptamos el sistema a nuestras vidas. Es evidente que los retos globales exigen acuerdos globales, pero creemos firmemente que deben venir de la mano de medidas locales. Es hora de actuar desde una soberanía cercana, desde una soberanía que garantice la cohesión social».
«Ante las crisis y la incertidumbre, algunas personas encuentran certidumbre en posiciones autoritarias, buscan refugio apartando a supuestos enemigos. No queremos tomar esa dirección. La seguridad la encontramos en el hecho de poder decidir sobre nuestras propias vidas, y no en el hecho de que alguien decida en nuestro nombre», continúa.
«Nuestro país lo ha hecho una y otra vez», recuerdan los firmantes, aludiendo al «auge sociocultural de los años 60»,  «cuando creando instrumentos propios, fuimos capaces de florecer hasta en los tiempos más oscuros».
«Somos un pueblo y, como pueblo, queremos que nuestro futuro político esté en nuestras manos. Formamos una amplia mayoría. Somos siete de cada diez, pero la nuestra es una propuesta para diez de cada diez, porque decidir juntas nos hace país», añade la declaración.
Profundizando en esta idea, se puede leer a continuación: «Es hora de dar voz a la ciudadanía, o tal vez de que tomemos la palabra. Los y las vascas tenemos derecho a decidir nuestras instituciones políticas, nuestro estatus político y nuestro nivel de autogobierno, y las relaciones entre nuestros territorios de forma directa, sin limites y libre. Como todas las naciones del mundo, tenemos derecho a la autodeterminación de nuestro futuro. Por lo tanto, necesitamos herramientas de decisión a disposición de la ciudadanía, entre ellas, los referendos».