GARA Euskal Herriko egunkaria
EDITORIALA

Tifón tras tornado en un año de extremos mortales


El tifón Rai ha devastado amplias zonas de la costa este de Filipinas, dejando a su paso muerte y destrucción en una escala aún difícil de detallar. Cientos de comunidades están aisladas, sin electricidad y con escasez de agua; cientos de miles de familias lo han perdido todo, sus casas, sus huertos y botes de pesca, su sustento, sus escuelas y hospitales; el recuento del número de víctimas mortales sigue aumentando. El tifón Rai llega pocos días después de que el estado de Kentucky, en EEUU, sufriera el peor tornado de su historia, con unos niveles de devastación y un número de muertos que jamás se habían conocido. A mitad de julio, 180 personas murieron en las severas inundaciones que azotaron Alemania, Bélgica y los Países Bajos, cuando cayeron dos meses de lluvia en dos días. Gigantescos incendios asolaron la Columbia Británica y Siberia, olas de calor con temperaturas récord causaron centenares de muertos en el oeste de EEUU. Las lluvias torrenciales en la provincia china de Henan mataron a decenas de pasajeros atrapados en un metro. Este ha sido un año de extremos mortales.

Los científicos que estudian el calentamiento vienen advirtiendo sobre estas escenas desde hace mucho tiempo. Para ellos, son signos vitales de nuestro planeta. Con temperaturas más altas, más olas de calor y sequías que en algunas áreas alimentarán incendios forestales más grandes y frecuentes. En otras, se atrapará la humedad en la atmósfera, provocando lluvias más intensas durante las tormentas. En definitiva, eventos meteorológicos antes normales ahora más extremos y más devastadores.

Por la naturaleza aleatoria del clima se asumió durante un tiempo que cualquier evento no podía atribuirse al cambio climático. Hoy los científicos atmosféricos son claros y conocen las conexiones. Cuanto más caliente esté el planeta, más extremos y mortales serán. Ningún país será realmente seguro, por lo que conviene dejar de tirar los dados al aire. En este juego nadie gana.