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GIRO HISTÓRICO

La izquierda recupera el poder en Chile con la victoria de Boric

Gabriel Boric venció en las elecciones presidenciales con más ventaja de la esperada al ultraderechista José Antonio Kast, recuperando para la izquierda el poder el Chile en un giro histórico. Prometió un Gobierno que otorgue certezas, una de cuyas prioridades será que exista verdad, justicia, reparación y no repetición, y protagonismo para las mujeres.

Las calles de Santiago, como en muchas ciudades de Chile, estallaron de alegría la noche del domingo tras el anuncio de la victoria del candidato de izquierda Gabriel Boric sobre su opositor de extrema derecha, José Antonio Kast, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. A él le tocará liderar la transición hacia el modelo de país que consagre la futura Constitución y abordar los anhelos de cambio social que le han aupado al mandato. Al conocer su triunfo anunció «un cambio de ciclo histórico».

La victoria fue más holgada de lo esperado. Boric logró el 55,87% de los votos frente al 44,13% obtenido por Kast, admirador del dictador Augusto Pinochet y apoyado por toda la derecha chilena en un duelo electoral sin precedentes desde el fin de la dictadura entre dos candidatos con proyectos diametralmente opuestos. Boric se impuso en 11 de las 16 regiones del país y arrasó en la capital, Santiago.

Más de un millón de votos separan a los dos aspirantes (4,6 frente a 3,6) en una votación en la que la participación superó el 55%, máximo histórico desde que el voto dejó de ser obligatoria en 2012. Se da el caso de que Boric ha vencido con el mismo porcentaje de votos que sacaron las fuerzas que terminaron con la dictadura de Pinochet en el plebiscito de 1988, cuando él apenas tenía dos años, y lo ha hecho frente a un admirador de aquel régimen militar.

Boric es el primer candidato elegido presidente tras perder la primera vuelta y pudo revertir la diferencia expandiéndose más allá de su base en la capital, Santiago, y conquistando a los votantes de las zonas rurales. Pero, sobre todo, como señaló la politóloga Claudia Heissa a AFP, «logró movilizar al segmento de la población más difícil de movilizar: los jóvenes». Un sector que en gran parte se había abstenido en la primera vuelta.

Y lo ha hecho con su promesa de ampliar el papel del Estado hacia un modelo de bienestar parecido al de Europa en un país considerado desde hace décadas el laboratorio del neoliberalismo en América Latina y el más desigual de la OCDE.

El presidente electo más joven en la historia de Chile, un diputado de 35 años que se define como ecologista, feminista y regionalista, es un crítico acérrimo del modelo neoliberal instaurado durante la dictadura, defiende las demandas sociales expresadas en las calles a favor de mejores servicios básicos y propone aumentar el rol de Estado en la economía, poner fin al sistema hoy totalmente privado de pensiones y garantizar la educación y sanidad públicas. «Más derechos sociales» ha sido una de sus promesas.

«Es una lucha que se ha estado dando durante muchos años, de nuestros padres y abuelos, y seguimos luchando contra lo que sea que Kast signifique en Chile», aseguró Daniela, una camarera de 27 años. «Somos nosotros, los jóvenes, los que tenemos que hacer las cosas. Tengo fe en él, creo en lo que dice», afirmó.

«Estoy llorando de alegría. Vencimos al fascismo, fue como un nacimiento. Voy a volver a casa, voy a abrazar a mis hijos y tomar una cerveza», señaló Jennie Enríquez, de 45 años, empleada de farmacia.

«Los jóvenes entendieron que había que cambiar las cosas y que un candidato como José Kast era muy peligroso. Los jóvenes salieron a las calles y demostraron que hay demandas que hay que cumplir», apuntó Pedro Carballeda, de 19 años, estudiante de Derecho.

El presidente saliente, Sebastián Piñera, recibió ayer en La Moneda a Boric –que asumirá oficialmente el cargo el 11 de marzo– con quien mantuvo un largo encuentro. A su llegada al palacio, en el que fue su primer acto oficial, se produjo un hecho curioso al ser recibido en su interior por un grupo de funcionarios públicos con un cartel en el que se leía: «La esperanza le ganó al miedo. Los funcionarios le dan la bienvenida al presidente».

Al término del encuentro, en una rueda de prensa en la sede gubernamental, Boric indicó que espera nombrar a su gabinete lo más pronto posible –previsiblemente antes de que finalice enero– y prometió que será un equipo que «otorgue certezas» y en el que «las mujeres serán las protagonistas».

Traspaso de poder

Durante la reunión, Boric y Piñera hablaron sobre la importancia de la «continuidad» en las relaciones internacionales, la pandemia, la reactivación económica, el traspaso de poder y las causas judiciales contra agentes de seguridad por presuntas violaciones de los derechos humanos durante la ola de protestas de 2019.

«Una de nuestras prioridades en el Gobierno va a ser que exista verdad, justicia, reparación y, por cierto, no repetición», agregó.

Minutos después, Piñera dijo en una breve comparecencia pública que le ofreció «toda la colaboración para que el traspaso de mando sea muy republicano».

Desde Cuba hasta Argentina, pasando por México, Nicaragua, Venezuela y Perú, los Gobiernos de izquierda en América Latina expresaron su satisfacción por la victoria de Boric. También le felicitaron EEUU y la Unión Europea (UE).

Figuras internacionales de la cultura y la política, entre los que destacan músicos como Roger Waters y Sting, se sumaron igualmente a las felicitaciones.