El Tribunal Supremo de Rusia disolvió ayer la organización Memorial, tanto la estructura que se encarga de memoria histórica como la de defensa de derechos humanos que la integran, por violar la ley sobre agentes extranjeros.

La emblemática ONG rusa ha narrado durante tres décadas las purgas estalinistas, los abusos en Chechenia y luego la represión en la Rusia contemporánea de Vladimir Putin –criticando en especial las leyes que restringen la libertad de manifestación, la que limitaba las adopciones internacionales o la que perseguía la propaganda homosexual– antes de convertirse ella misma en víctima.

La abogada Maria Eismont tildó de «ilegal» e «infundada» la decisión y anunció que recurrirá la decisión.

En su exposición, el fiscal, Alexei Zhafiarov, acusó a Memorial de «crear una imagen falsa de la URSS como Estado terrorista», distorsionar la memoria de la victoria sobre Alemania en la Gran Guerra Patria (1941-45) y rehabilitar a criminales nazis «en cuyas manos hay sangre de ciudadanos soviéticos». «¿Por qué ahora nosotros, los descendientes de los vencedores, debemos observar los intentos de rehabilitar a los traidores a la patria y los cómplices nazis? (...) Seguramente porque alguien paga por ello», señaló.

El pasado 9 de diciembre, el presidente Putin ya había criticado el trabajo del Memorial, argumentando que la ONG había clasificado a colaboradores nazis como víctimas de la represión estalinista en su base de datos que contiene tres millones de nombres. Memorial respondió que se trataba de un solo error, corregido desde entonces.

Antes de conocerse el fallo, el defensor de Memorial, el abogado Guenri Reznik consideró que la Fiscalía es consciente de que su demanda no tiene fundamento y es «ilegal», y advirtió de que el juicio es «un test de los valores que determinan la vida en un Estado de derecho.

Reznik adelantó que, en caso necesario, apelará al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Por su parte, el director de Memorial Internacional, Yan Rachinski, aseguró que el fallo no supone el cese de las actividades de la ONG, ya que existen muchas organizaciones adscritas a ella que no están registradas o no figuran como personas jurídicas. «Suspender las actividades de Memorial no entra dentro de las posibilidades de la Fiscalía», subrayó.

Tres décadas de investigación, denuncias y represalias

Fundada en 1989, Memorial había comenzado sus actividades mucho antes con el objetivo de poner nombre a las víctimas de la represión durante la época de la URSS. En las tres últimas décadas no ha dejado de ganarse la enemistad y represalias del Kremlin por sus investigaciones. En una de las últimas, en marzo, la ONG identificó y denunció a paramilitares de la organización Wagner, a la que acusó de crímenes de guerra en Siria. Memorial ha compilado también una lista de presos, a los que ha brindado asistencia, al igual que a migrantes y minorías sexuales. Pero es sobre todo por su trabajo en Chechenia por el que la ONG se dio a conocer en Occidente. Durante las guerras de las décadas de 1990 y 2000, su personal documentó sobre el terreno los abusos de los soldados y sus apoyos locales. En 2009, la directora de la ONG en Chechenia, Natalia Estemirova, fue secuestrada y ejecutada con un balazo en la cabeza. En 2018, la condena de su responsable local por un caso de drogas forzó a la ONG a retirarse de Chechenia.GARA