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De la tristeza a la cólera, la presión del coronavirus deja huella en los más jóvenes


El colectivo Eguzkilore dio a conocer los resultados de una encuesta a la que han respondido 533 menores de Ipar Euskal Herria y en la que afloran las consecuencias derivadas de ciertas medidas sanitarias y, en particular, del uso generalizado de la mascarilla en los más jóvenes.

El estudio, realizado entre abril y junio de 2021, cuestiona algunas de las recomendaciones sanitarias aplicadas para hacer frente al covid-19, y alerta del riesgo de «no dar importancia» a lo que califica como «graves consecuencias» que ha tenido en los jóvenes el aumento exponencial del tiempo que pasan delante de las pantallas, el uso generalizado de la mascarilla o la restricción drástica de las opciones de juego o de desarrollar actividades colectivas.

La presentación de ese estudio, que se realizó de forma altruista pero siguiendo todos los protocolos profesionales, coincide con la puesta en marcha, esta semana, de la enésima directiva sobre uso de la mascarilla, obligatoria en el espacio publico, y especialmente en el patio escolar, para todos los chavales de más de seis años.

El colectivo lanzó un mensaje dirigido a las instituciones para que «no se banalicen las graves consecuencias que se han constatado» en la que, según indicaron, «es la primera investigación que se realiza teniendo en cuenta lo que cuentan los niños y adolescentes, ya que no ha habido estudios en Francia sobre esta cuestión tan relevante».

Pediatras, paidólogos, ortofonistas, dentistas... una docena de personas con experiencia en distintos dominios de la salud han unido sus esfuerzos a los de unas familias «primero preocupadas y luego directamente enfadadas por las medidas aplicadas», resumió Bénédicte, una de las madres que participaron en el acto de presentación.

La escala emocional es la que arroja las cifras más destacadas en la encuesta. Así, mientras en Primaria uno de cada dos niños habla de tristeza, en la etapa de colegio y liceo, las restricciones a la hora de practicar deporte o cualquier otra actividad en grupo es generadora de «la rabia y la cólera, que son la antesala de la violencia».

A los sentimientos de miedo y tristeza hay que sumar los efectos en los más jóvenes de los mensajes de culpabilidad, de desconfianza hacia el otro, «o incluso de llamada a la delación» que han marcado la gestión de la pandemia, según expresó Génévieve, expediatra participante del estudio.

Afectación al aprendizaje

En un 75%, las respuestas a la encuesta han llegado «de la parte de alumnos de la red de educación privada». En todo caso, hay que tener en cuenta que, de forma recurrente, se suele incluir a las ikastolas, centros cuya vocación pública no reconoce el Estado francés.

La utilización de la mascarilla agudizó las dificultades de aprendizaje, perjudicado la socialización de los menores y generado en algunos casos problemas de lenguaje y expresión, «al faltar el factor de la gestualidad». Un ortofonista colaborador del estudio indicó que «la información visual de la boca es clave en las etapas tempranas de aprendizaje del lenguaje».

La utilización entre cinco y siete horas diarias de la mascarilla se tradujo, asimismo, en mayores problemas de visión, derivados de la incomodidad de combinar mascarilla y gafas, y que se suman «al abandono o al uso incorrecto de los correctores visuales».

Los problemas cutáneos o las afecciones en el aparato bocal y respiratorios son otras de las variadas consecuencias.

Además, uno de cada dos aseguran haber sufrido alguna molestia o patología por el uso de la mascarilla. Y un 55% ha asegurado haber vivido con tristeza la presión ambiental.