El preso palestino Hisham Abu Hawash, de 40 años, puso ayer fin a la huelga de hambre que mantenía desde hacía 141 días contra su detención administrativa tras la decisión judicial israelí de ponerlo en libertad el 26 de febrero. «Hawash gana tras 141 días en huelga de hambre», dijo el primer ministro palestino, Mohamed Sthayeh.

Estaba hospitalizado en estado crítico extremo –la ONG israelí Médicos por los Derechos Humanos indicó que corría peligro de «muerte inminente»– y, según medios locales, Egipto intercedió para calmar la tensión ante las crecientes manifestaciones en la Cisjordania ocupada que pedían su liberación inmediata.

La huelga de hambre de Hawash, miembro de la Yihad Islámica, que amenazó con una «explosión» de violencia si no era liberado, motivó protestas contra este tipo de arrestos sin cargos ni juicio –en base a «pruebas secretas» que ni abogado ni detenido pueden revisar y prorrogable por periodos renovables de entre tres y seis meses– por el que 500 palestinos están encarcelados.

El año pasado, más de 60 presos se declararon en huelga de hambre y a mediados de noviembre, dos prisioneros que llevaban en sin ingerir alimento más de 115 días la cesaron tras el compromiso israelí a liberarlos.

Hawash fue arrestado el 27 de octubre de 2020 y su detención administrativa ha sido prorrogada en tres ocasiones.