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Italia pone fecha a su enésima crisis política con la elección del presidente

La incierta carrera para la elección del presidente de Italia, que arrancará el 24 de enero en el Parlamento, puede abrir la enésima crisis política en el país. Frente a las aspiraciones de Silvio Berlusconi, Mario Draghi es el favorito para suceder a Sergio Mattarella.

El parlamento italiano iniciará a partir del 24 de enero las votaciones para elegir al nuevo presidente de la República, un nombramiento clave para la estabilidad del país, en un escenario de malabarismos políticos en el que ningún partido cuenta con una mayoría suficiente y la partida amenaza con derivar en un pulso entre bloques.

La convocatoria abre la carrera para la elección del nuevo jefe del Estado, para el que suenan nombres como el del jefe del Gobierno, Mario Draghi (74 años), o el ex primer ministro Silvio Berlusconi (85), mientras aumentan las peticiones para que se elija a una mujer.

La elección del actual primer ministro podría desestabilizar el Gobierno en un momento delicado, cuando Italia intenta recuperarse de las consecuencias de la pandemia.

Si bien las funciones del presidente son esencialmente honorarias en Italia, para el delicado cargo se suele escoger a una personalidad de renombre, con notables capacidades de mediación y que esté por encima de los partidos.

Queda por definir el formato en que se celebrará la votación, que estará marcada por la pandemia. La designación del nuevo presidente recaerá en 1.009 personas –321 senadores, 630 diputados y 58 delegados regionales–, ya que no es una elección directa de los ciudadanos.

En las tres primeras votaciones, uno de los candidatos debe obtener al menos dos tercios de los votos, lo que sitúa el umbral de la victoria en los 673, mientras que a partir de la cuarta cae hasta los 505, listón de la mayoría absoluta.

El candidato más sólido por el momento para suceder a Sergio Mattarella, cuyo mandato de siete años finaliza el 3 de febrero, es el primer ministro y expresidente del Banco Central Europeo, que llegó al poder en febrero de 2021 para sacar al país de su enésima crisis política por la falta de acuerdo entre los socios gubernamentales y que se ha consolidado como el jefe de Gobierno con mayor consenso de los últimos años.

A pesar de su prestigio y de que él mismo ha sugerido su disponibilidad, su acceso a la Presidencia abriría una encrucijada sin precedentes, pues la Constitución indica explícitamente que el Ejecutivo y la Jefatura del Estado no pueden estar en manos de la misma persona.

El incombustible Berlusconi

Otro nombre que puede entrar en liza es de Silvio Berlusconi, cuya candidatura apoya el centro-derecha formado por su partido, Forza Italia, y los ultraderechistas Lega y Fratelli d’Italia, aunque parece improbable que logre el apoyo necesario.

El líder de la Lega, Matteo Salvini, ha planteado una reunión con otros partidos para la próxima semana, con vistas a poner sobre la mesa «al menos un método» si no hay ningún candidato que suscite suficientes apoyos, informó “La Repubblica”.

El nombre de Berlusconi es recurrente en las quinielas de políticos y medios de comunicación, pese a los varios procesos judiciales abiertos contra él en estos últimos años. Pero también suscita un fuerte rechazo.

No obstante, el consenso es fundamental ya que en caso de que ningún aspirante logre suficientes votos se disolverían las Cámaras y se convocarían elecciones, lo que beneficiaría a la extrema derecha, según muestran los sondeos desde hace meses.