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Rebeldes tigriñas acusan al Gobierno de la muerte de decenas de desplazados

Los rebeldes tigriñas acusaron ayer al Gobierno etíope de la muerte de decenas de personas en un ataque con drones contra un campamento para desplazados internos en la pequeña localidad de Dedebit, en el norte de Etiopía, devastado por la guerra. El hospital de la localidad Shire reportó 55 fallecidos y 126 heridos.


Al menos 56 personas murieron y una treintena resultaron heridas, entre ellas mujeres y niños, por un ataque aéreo con drones contra un campamento de desplazados internos en la región etíope de Tigray, epicentro de la guerra que enfrenta desde noviembre de 2020 al Gobierno contra los rebeldes del Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF), según denunciaron ayer los rebeldes tigriñas.

La información no pudo ser verificada de forma independiente y los funcionarios del Gobierno etíope no respondieron al requerimiento de AFP, pero un trabajador del principal hospital de Mekele, capital de Tigray, señaló a la agencia francesa que el hospital de la localidad de Shire, a donde fueron evacuadas las víctimas, había reportar 55 muertos y 126 heridos.

El ataque, ocurrido el viernes por la noche, alcanzó una escuela de la pequeña localidad de Dedebit reconvertida a centro de acogida de desplazados por la guerra, según confirmaron dos cooperantes humanitarios citados por Europa Press bajo condición de anonimato y que no han dieron detalles sobre los responsables del ataque.

No obstante, Getachew Reda, portavoz del TPLF, acusó del ataque al Ejército etíope, que habría efectuado el bombardeo con aviones no tripulados. «La parte más triste de la historia es que las víctimas son personas desplazadas del oeste de Tigray por la campaña genocida del régimen», escribió en Twitter.

Según fuentes diplomáticas consultadas por la agencia Bloomberg, desde octubre más de 140 personas han fallecido desde octubre en este tipo de ataques.

Los ataques ocurren cuando el Ejército etíope ha vuelto a ganar una inercia favorable con los rebeldes, ahora de nuevo concentrados en Tigray tras haber ocupado varios meses las regiones vecinas de Amhara y Afar.

Además, tienen lugar un día después de que el Gobierno etíope anunciara el indulto de varios exlíderes del TPLF entre los que destacan Sebhat Nega o Kidusan Nega, y a prominentes líderes de la oposición, después de que el primer ministro, Abiy Ahmed, haya subrayado la necesidad de iniciar un proceso de reconciliación nacional para hacer frente a la crisis en el país.

El TPLF se ha enfrentado a fuerzas leales al Gobierno desde noviembre de 2020, en un brutal conflicto que ha dejado miles de muertos y provocado una grave crisis humanitaria.

Sus combatientes se retiraron a su bastión en la región de Tigray a fines de diciembre tras una ofensiva militar que permitió a las fuerzas gubernamentales retomar el control de una serie de ciudades estratégicas.

Los combates se han calmado desde la retirada del TPLF, pero los rebeldes acusan al Ejecutivo de seguir realizando ataques con drones en Tigray, la región más septentrional del país.