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Rusia recela de negociar ante el rechazo occidental

Tras una semana de intercambios diplomáticos Rusia considera que EEUU, la OTAN y sus aliados han rechazado las garantías de seguridad que plantea, sobre todo el veto a la ampliación de la Alianza hacia su frontera, y cree que la falta de flexibilidad hace inútil seguir negociando. Aunque Moscú espera aún una oferta, el «impasse» negociador reactivó las amenazas mutas. Rusia insinua despliegues en América y la UE cuestiona el gasoducto Nord Stream 2.


Estados Unidos y la OTAN han dicho «no» a las demandas de garantías de seguridad de Rusia, lamentó Serguei Riabkov, viceministro de Exteriores ruso, que descartó una pronta reanudación de las negociaciones con Occidente y dudó de la utilidad de continuarlas dada la postura occidental.

«En cuanto a los elementos clave de los textos (de garantías de seguridad) Estados Unidos y sus aliados, de hecho, nos dicen que no», señaló Riabkov.

«El principal problema es que EEUU y la OTAN no están dispuestos hacer ninguna concesión, de ninguna clase, sobre las demandas clave sobre la no ampliación de la OTAN, el despliegue de infraestructura de la Alianza y su retorno a los límites de 1997», señaló.

«Y, por supuesto, también a lo que se refiere a las garantías vinculantes sobre el no emplazamiento de sistemas (ofensivos) cerca de nuestras fronteras», añadió.

«Sin aclarar si hay (…) reservas de flexibilidad en la otra parte en temas importantes, no hay motivo para sentarse a la mesa en los próximos días, volver a reunirnos y retomar las mismas discusiones», indicó.

Moscú, que presentó en diciembre sendos acuerdos de seguridad a EEUU y la OTAN, mostró así su decepción tras las cumbres con Washington y con la Alianza, completadas con una reunión en Viena del Consejo Permanente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), la última secuencia de un intenso baile diplomático.

Acusada por estadounidenses y europeos de preparar un ataque contra Ucrania, Rusia reprocha a la OTAN las actividades hostiles cerca de sus fronteras y asegura que no tiene intención de atacar Ucrania. Además, exige la firma de tratados que prohíban cualquier futura ampliación de la OTAN, el no despliegue de armamento ofensivo cerca de Rusia y la drástica reducción de las maniobras militares en el Este europeo. «Estas tres demandas son clave», insistió el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov.

Moscú ha pedido a Occidente que presente por escrito la próxima semana sus propuestas de seguridad y responda a los documentos que ha presentado al respecto. Pero Washington ya ha adelantado que considera el planteamiento ruso «inaceptable» y la OTAN no descarta el ingreso de Ucrania y Georgia, una de las «líneas rojas» rusas.

Según Riabkov, EEUU quiere alargar el proceso sin concretar medidas al tiempo que continúa la asimilación militar geopolítica de nuevos territorios, acercándose cada vez más a Moscú.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, reiteró ayer que la Alianza no va a comprometer «principios básicos» como su capacidad para seguir sumando miembros y reiteró que «cualquier nueva agresión contra Ucrania conllevaría un alto precio para Rusia».

Sobre una posible adhesión de Suecia y Finlandia, reconoció que son «socios muy cercanos» con los que llevan a cabo maniobras conjuntas, y que «ya cumplen los estándares de la OTAN en la mayor parte de las áreas».

El embajador ruso ante la OSCE, Alexander Lukashevich, recordó que EEUU prometió al último dirigente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, que la OTAN no avanzaría «ni una pulgada» hacia el este si una unificada Alemania permanecía en la Alianza. El Kremlin insiste en que la OTAN engañó a Rusia con las ampliaciones en 1999 y 2004.

Cuba y Venezuela

Por su parte, Riabkov, al ser preguntado sobre las medidas de respuesta de Moscú, no descartó el despliegue de infraestructura militar en Cuba y Venezuela. «No quiero confirmar nada (...), ni descartar nada», señaló, siguiendo con el pulso de advertencias de consecuencias y sanciones que se ambas partes lanzan mientras negocian.

Riabkov recordó que la reacción rusa dependerá de las acciones de EEUU y sus aliados, aunque «los diplomáticos deben llegar a un acuerdo».

Precisamente la UE prorrogó ayer seis meses más las sanciones económicas que pesan contra Rusia por el conflicto sobre Ucrania y su representante diplomático, Josep Borrell, advirtió de que la autorización para el gasoducto Nord Stream II que une Alemania con Rusia está «ligado a la situación militar en Ucrania», un asunto en el que el Gobierno alemán evidenció ayer discrepancias internas.

Decepción rusa también en la reunión de la OSCE

Ante la gélida acogida que han tenido las propuestas del Kremlin, el representante ruso ante la OSCE, Alexander Lukashevich, criticó «la falta de una respuesta adecuada» por parte de Occidente y estimó que todo apunta a que Moscú no recibirá en el futuro una «reacción constructiva». «Todo giraba en torno a sus preocupaciones y al llamado comportamiento agresivo de Rusia. Claramente es una decepción», lamentó tras la reunión de la OSCE en Viena. «Nunca esperamos que hubiera algún tipo de acuerdo hoy. Este es el anuncio del inicio de un proceso» que se traducirá en consultas y un ciclo de reuniones, replicó el embajador estadounidense, Michael Carpenter, para contrariedad de los rusos, que rechazan esperar una respuesta «meses o años». La secretaria general de la organización, Helga Schmid, advirtió de que «la situación en la región es peligrosa. Es imperativo encontrar, a través de canales diplomáticos, una manera de detener la escalada».GARA