Natxo MATXIN
OSASUNA

La calidad celtiña dilata que Balaídos sea suelo vedado

Los rojillos, muy imprecisos, encajaron dos dianas en el último cuarto de hora del primer periodo.

CELTA 2

OSASUNA 0


Balaídos seguirá siendo terreno vedado para Osasuna. Ni siquiera que el Celta fuese hasta ayer el segundo peor equipo casero de la categoría resultó suficiente estímulo para una escuadra navarra que solo enseñó las garras en el primer cuarto de hora. En ese corto espacio de tiempo incluso dispuso de un remate al larguero de Budimir en el minuto 9, la mejor y prácticamente única ocasión rojilla del envite.

Perdonó y acabó pagándolo. Porque de ese inicio esperanzador, en el que los de Jagoba Arrasate se parecieron al bloque que tan buen rendimiento dio como visitante en el inicio liguero, se pasó a un once impreciso e incapaz de contrarrestar la calidad celtiña con la obligada tensión defensiva.

Osasuna dejó hacer a su adversario, que combinó y trianguló hasta que encontró el resquicio por el que inaugurar el luminoso. El movimiento en diagonal de Hugo Mallo al filo de la primera media hora pilló desprevenidas a las líneas de contención rojillas, que apenas opusieron resistencia a la llegada del lateral derecho a la media luna y a su posterior remate, que tampoco encontró la mejor versión de Sergio Herrera.

El cuadro navarro llegaba tarde y mal a cada balón. Y, cuando podía disponer del cuero, no sabía superar la presión tras pérdida que ejercían los anfitriones. Ni fluidez en la salida, ni acierto en los pases, lo que llevaba a un extravío generalizado, en el que avanzar metros con solvencia se antojaba una tarea harto imposible.

Ninguno de los dos carriles aportó profundidad y la sala de máquinas estuvo gripada ante el empuje gallego, mientras la improvisada zaga como consecuencia de las bajas hacía lo que podía ante el buen hacer local. Bien es cierto que el Celta estuvo preñado de efectividad, pues alojó en las redes casi todas las ocasiones claras de que dispuso.

Sin chispa

El 2-0 en el minuto 38 terminó por finiquitar las esperanzas rojillas de intentar darle la vuelta al choque. Entre Galán, Denis Suárez y Aspas hicieron lo que quisieron en la zona del corner de su banda izquierda para acabar sirviendo el gol a un Santi Mina que, para más inri, se adelantó con celeridad al marcaje de Juan Cruz.

Esa diana dejó constancia de la diferencia entre ambas escuadras, aunque la clasificación no lo refleje así. Osasuna carecía de chispa, de viveza para llegar esa décima de segundo antes, imprescindible si se quiere ser superior al rival. El Celta, en cambio, supo manejar todos los registros, también el de gestionar su cuantiosa renta.

Y es que, aunque los rojillos pasaron a ser dominadores tras el descanso, la realidad es que Dituro no tuvo que realizar ninguna parada de mérito, más allá de estar muy atento para cortar con su estirada un centro desde el costado zurdo.

El equipo navarro no encontró resquicios, abusó de circulaciones horizontales, apenas llegó a posiciones de centros y, cuando hubo estos últimos, tanto Aidoo como Araujo se impusieron en el juego aéreo. Al final, la mejor noticia fueron los primeros minutos del estreno en Primera de Iker Benito.

Arrasate: «El 1-0 nos hizo mucho daño»

El técnico rojillo, Jagoba Arrasate, reconoció que el 1-0 «nos hizo mucho daño» y amplió que «el segundo fue clave, porque ahí se nos fue el partido». Hasta ese momento, «entramos mejor al partido y estábamos jugando a lo que nosotros queríamos», apuntó el de Berriatua.

Tras el descanso, y ya con doble desventaja en el marcador, «hemos querido, pero no hemos podido. El Celta se defendió bien y fue más efectivo que nosotros». «Es difícil de explicar que, sin hacer un mal partido, te vayas con 2-0 en contra», concluyó el entrenador osasunista. GARA