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Muestras de apoyo al golpe en Burkina Faso pese a la condena exterior


La junta militar que dirige Burkina Faso tras el golpe de Estado consumado el lunes recibió ayer apoyo popular en las calles, a pesar de la condena internacional, con la ONU, la Cedeao, Washington y París a la cabeza, que reprobó la ruptura del orden constitucional y exigió la liberación del depuesto presidente, Roch-Marc Christian Kaboré, elegido en noviembre de 2020 para un mandato de cinco años y que anunció su dimisión después de que los militares si hicieran con el poder. El Movimiento Patriótico de Salvaguarda y Restauración, dirigido por el teniente coronel Paul-Henry Sandaogo Damiba, oficial al frente de la lucha contra el yihadismo, anunció la suspensión de la Constitución y la disolución del Gobierno y del Parlamento. Los militares acusan a Kaboré, que llevaba meses en la cuerda floja, de «la continua degradación de la situación de seguridad» y le critican por su fracaso para contener el auge del yihadismo.

Cientos de jóvenes se manifestaron ayer en el centro de Uagadugú, la capital, y otras ciudades para mostrar entre cánticos su respaldo a los militares con carteles donde podía leerse «Abajo Francia», en rechazo a la influencia francesa, o «Viva el Ejército».

Gritaban que «Burkina se estaba muriendo, los militares vinieron a salvarla». «Es un soplo de alivio», decían, «porque nos enfrentamos a un poder que carecía de competencia e inteligencia y que tomó como rehenes a los hijos e hijas de Burkina Faso», uno de los países más pobres del mundo y asolado por el yihadismo, y defendían «las profundas reformas» que realizarán los militares «en materia de soberanía, seguridad y dignidad».