SANSE - MÁLAGA

La temporada de Segunda completa su segundo tercio con los dos equipos guipuzcoanos en extremos opuestos y metas diferentes aunque su objetivo es hoy, evidentemente, el mismo.

El Eibar visita al Girona con el deseo de prolongar su buena dinámica con una victoria que, además de acercarle al ascenso, dejaría al Girona, que ya perdió en Ipurua en la primera vuelta, a doce puntos. El Sanse, por el contrario, acabaría de meter en la pelea por la permanencia a un Málaga en crisis en caso de victoria, aunque lo que más preocupa a los donostiarras es encontrar un punto de inflexión que se les resiste pese a los esfuerzos.

Vuelve Stoichkov

El Eibar viaja convencido de que «será un partido complicado pero ellos estarán pensando lo mismo», recuerda Gaizka Garitano.

Y tiene razón. No solo porque lo diga la clasificación, sino porque además muchos de esos puntos que tienen al Eibar en el primer puesto, los ha conseguido en sus últimos desplazamientos. El Eibar se ha ido haciendo un equipo más fiable con el paso de las jornadas y se le ha notado especialmente lejos de Ipurua. Su técnico entiende que se debe a una mejoría clara en el rendimiento defensivo pero cree que la clave ha estado en la agresividad ofensiva del equipo, que es precisamente lo que le pide hoy tras el frenazo ante el Fuenlabrada. «Tenemos que ser agresivos ofensivamente, es quizá lo que nos faltó un poco en el último partido en casa. La agresividad no es sólo defensiva, sino también ofensiva y creo que es lo que más hemos mejorado fuera de casa en los últimos meses. Este partido requiere defender bien porque ellos son muy buenos pero también llegar arriba, ser agresivos, llegar con gente y tratar de hacer gol».

Le viene de perlas para ese objetivo el regreso de Stoichkov, su máximo goleador, que se perdió el último partido por sanción. También regresa a la convocatoria Yoel, superada su lumbalgia, pero no está tan claro que vaya a volver también al once, cosa segura en el caso del delantero gaditano.

Urgencia

El Sanse, por su parte, busca alivio a la frustración acumulada por un equipo que no deja de intentarlo y sobre todo un punto de inflexión para, al menos, mantenerse con vida el máximo tiempo posible. Lo intentará ante un Málaga de capa caída, al que de momento no le ha valido la llegada al banquillo de Natxo González, con el que apenas ha sumado un punto en tres partidos y que mira con preocupación al descenso.

Xabi Alonso cree que no falta mucho para ganar pero «por diferentes razones no somos capaces de agarrar esa victoria que tanto necesitamos», lamenta.