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Un partido marcado por el desgaste del jueves en Leipzig


La Real encajó en San Mamés su segundo duro golpe de las últimas semanas tras el 0-4 de la Copa ante el Betis en un partido en el que acusó el desgaste de la ida de los dieciseisavos de final de la Europa League del jueves en Leipzig. Imanol introdujo cinco cambios en el once al entrar Remiro, Gorosabel, Aihen, Zubimendi y David Silva para intentar refrescar el equipo sin poder hacer rotaciones en las tres posiciones más adelantadas porque Isak sigue sin estar en condiciones y solo tenía tres atacantes de la primera plantilla disponibles. Además acusó la salida de Merino, tras recibir un golpe en la cabeza, y Silva en el minuto 62 con 0-0 cuando el partido empezaba a desequilibrarse a favor de un Athletic que aceleró su juego con un mayor ritmo tras el descanso.

Imanol no quiso arriesgar ni meter un ritmo alto al derbi para que no se acumularan los esfuerzos y la mayor parte de la posesión en el primer tiempo la acapararon Remiro, los centrales y Zubimendi, que se ponía en la salida de balón como tercer central para generar superioridad con los dos delanteros rojiblancos. La Real no sufrió más que en la jugada del penalti y en un disparo de Yuri en el que Remiro estuvo muy acertado, pero en la segunda parte desde el inicio el Athletic metió una marcha más al partido y los de Imanol fueron superados. Los cambios mejoraron al equipo rojiblanco –Sancet marcó un gol y dio dos– y no a la Real, que generó muy poco en todo el partido en ataque y además no estuvo bien en la defensa de los dos saques de esquina. Oyarzabal se equivocó al adelantar su posición y descuidar la marca de Vivian, y Sorloth y Zubimendi fueron superados por Sancet. A partir de ahí, la Real se descompuso y encajó un marcador demasiado duro del que deberá recuperarse porque esta semana espera otro partido muy exigente contra el Leipzig en Anoeta el jueves y otro derbi el domingo contra Osasuna y el cansancio volverá a acumularse.