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AZKEN PUNTUA

El «crochet» de la victoria


Todavía sigo llamando al 8 de Marzo, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, el mismo nombre que le dio Clara Zetkin en 1910 para defender el feminismo de clase frente al feminismo burgués de aquella época. Este año, además, lo hago con una intención especial, la de celebrar una victoria que, precisamente, tiene como protagonistas a las mujeres de las que hablé el 14 de enero, en la columna que recordaba a Rosa Luxemburgo. Entonces las incluí en esas «miles de rosas rojas» que, cada día, luchan por sus derechos laborales desde las barricadas del feminismo de clase.

Me refiero a las 80 mujeres del servicio de limpiezas de IMQ, despedidas en diciembre del 2021 por comenzar una huelga indefinida. El miércoles, el TSJPV declaró el despido «nulo radical» porque considera que la decisión tiene mucho que ver con que fueran mujeres y se atrevieran a ejercer una actividad sindical. IMQ, una empresa que goza de un favoritismo muy singular por parte del PNV en la privatización de la asistencia sanitaria, tendrá que admitir a las trabajadoras y abonar los salarios pendientes. Para ser muy gráfica diré que esta resolución, además de suponer un triunfo en la lucha feminista, ha sido un golpe directo, un crochet que se dice en boxeo, al desprecio y al machismo neoliberal con que estas contratas, estrellas de la política jeltzale, tratan a la mujer trabajadora.