Josep SOLANO
ELECCIONES EN COREA DEL SUR

Termina una enfangada campaña presidencial en Corea del Sur

Los electores surcoreanos votan a un nuevo presidente mañana, 9 de marzo, después de una larga contienda marcada por escándalos de los candidatos y una fusión de centro-derecha fraguada en el último suspiro. Con todo, no se esperan grandes cambios, menores en el ámbito internacional

Escándalo, difamación, insinuaciones de corrupción, criminalidad, nepotismo, fraude, tendencias dictatoriales, prácticas supersticiosas y abuso de poder... son algunos de las desdenes que han usado los medios de comunicación de Corea del Sur para describir la contienda electoral para suceder al presidente del país, Moon Jae-in, en las elecciones de mañana. El ganador, con toda seguridad un neófito en política nacional e internacional, estará al mando del Gobierno de la décima economía del planeta, siendo uno de los principales aliados de EEUU en la región y uno de los tigres asiáticos que aspira a liderar el ámbito de las nuevas tecnologías.

Con este panorama y a pesar de no haber surgido ningún candidato alternativo como contendiente viable, los partidos minoritarios obtienen alrededor de un 10% de intención de voto en las encuestas iniciales, lo que refleja la insatisfacción de los votantes con los partidos mayoritarios.

Las tasas récord de infección por covid-19 y las muertes debido a la propagación de la variante ómicron –la pasada semana se registró el mayor número de muertos desde el inicio de la pandemia– podrían ser un fuerte indicio de que los votantes desean un cambio de color político en la presidencia del país.

El principal aspirante, Lee Jae-myung, fue gobernador provincial de Gyeonggi y fue elegido por el gobernante Partido Demócrata como candidato para suceder a Moon después de toda una serie de carambolas, algunas de ellas trágicas. Lee saltó a la arena nacional hace cinco años cuando fue derrotado por el actual presidente Moon en las primarias del partido gobernante a pesar de erigirse como un defensor directo de la clase trabajadora y la democratización del bienestar público. Durante esta campaña ha tenido que cargar con todas las críticas y escándalos de la administración presidencial, que no han sido pocos.

Sin experiencia parlamentaria a nivel nacional, Lee no era, ni de lejos, la primera apuesta del partido socio-liberal de centro-izquierda ya que las tres principales bazas del partido tuvieron, uno a uno, que dejar sus aspiraciones para dar paso al exgobernador de Gyeonggi: el primero está en prisión acusado de agresión sexual, el segundo murió en un aparente suicidio después de ser acusado por acoso sexual a un miembro de su equipo y, finalmente, un tercero actualmente está cumpliendo una sentencia de prisión por manipulación electoral. Estas renuncias abrieron el camino a Lee que, por su postura más progresista dentro del partido, ha sido comparado, exageradamente, hasta con el veterano senador de EEUU Bernie Sanders.

Enfrente se encuentra Yoon Suk Yeol, exfiscal jefe conservador y candidato del opositor Partido del Poder Popular. También recién llegado a la política, su candidatura ha sido impulsada por la necesidad de un cambio de liderazgo dentro del partido conservador después de la destitución de la expresidenta Park Geun-hye en 2017 así como por su oposición como fiscal jefe a la reforma judicial por parte de la Administración Moon. Yoon prometió que investigará los posibles excesos y casos de corrupción gubernamental si resulta elegido para el cargo. Esta medida controvertida no logró reforzar su candidatura percibida por muchos como poco creíble, especialmente por su nula autoridad dentro de su propio partido para controlar las disputas internas, lo que debilita sus opciones.

Si ambos candidatos tenían un apoyo que les otorgaba alrededor de un 40% a cada uno en las encuestas, Yoon Suk Yeol dio la campanada al anunciar la fusión de su candidatura con la del centrista Ahn Cheol-soo, el tercer contendiente en intención de voto con un 12% en los sondeos y que se retirará para dar su apoyo al primero. El acuerdo, que venía urdiéndose desde hacía pocos días, llegó justo pocas horas antes del inicio del voto anticipado y podría decantar la balanza en favor del bando conservador. Actualmente, las encuestas vaticinan que Yoon podría obtener alrededor del 47% de los votos en los comicios de mañana, superando a Lee, que no llegaría a superar el 41% de intención de voto en las encuestas.

A pesar de ello, el candidato de centro-izquierda no quiere dar su brazo a torcer y se mantiene firme en su propósito, especialmente después de firmar una alianza de fusión de candidaturas con otro aspirante minoritario, el exministro de Finanzas en el primer gabinete del actual presidente Moon, Kim Dong-yeon. Lee y Kim mantuvieron una reunión en un café del popular distrito de Mapo de la capital surcoreana y posteriormente anunciaron la unión de sus candidaturas y la retirada de la contienda del exministro.

Ambos acordaron diversas reformas como la reducción del mandato del próximo presidente en un año para celebrar simultáneamente las elecciones presidenciales y locales en 2026 y la introducción de un sistema presidencial descentralizado, mayores poderes para el primer ministro y una mayor separación de poderes.

Respecto a la política internacional, ninguno de los candidatos tiene una experiencia previa en este ámbito y, por tanto, se prevé que sigan las directivas marcadas por sus partidos, especialmente Lee. Por su parte, Yoon ha expresado su voluntad de que Corea del Sur demuestre un mayor liderazgo internacional a través de una alineación más estrecha con EEUU, restablecer relaciones estables con Japón, apostar por la desnuclearización y transformación de Corea del Norte y mejorar los lazos con China.