Maite UBIRIA BEAUMONT
baiona

Arranque oficial de la campaña a las presidenciales francesas

Aunque el contexto de la guerra en Ucrania y, en clave más doméstica, la crisis desatada en Corsica tras la muerte en prisión de Yvan Colonna, hayan dejado en segundo plano el debate electoral ordinario, el calendario manda, y el ayer arrancó oficialmente la campaña al Elíseo.

El fin de semana estuvo marcado por mítines, con éxito de asistencia en el caso de Jean-Luc Mélenchon, Jannick Jadot y de Éric Zemmmour, y de un revés importante para Marine Le Pen en Guadalupe, donde militantes nacionalistas boicotearon a la candidata de Rassemblement National como aspirante «normal» en la liza al Elíseo.

Ello en víspera del arranque oficial de la campaña electoral que desde ayer impone severas normas, en particular a los medios de comunicación, obligados a afinar en el reparto de tiempos.

La crisis en Ucrania ha otorgado a Emmanuel Macron la excusa perfecta para respaldar su decisión de no debatir con los otros once candidatos que pretenden el trono del Elíseo.

Así las cosas, durante las semanas previas al arranque oficial, televisiones y radios han debido actualizar sus formatos, proponiendo ya los habituales cara a cara, ya emisiones temáticas en las que distintos candidatos exponen sus propuestas u organizando emisiones en las que el aspirante en cuestión responde a la batería de cuestiones de una selección de ciudadanos.

Ese último formato tiene su réplica en los escasos actos organizados por el candidato Macron, en los que el mitin habitual ha dado paso a esa simulación de encuentro con «los problemas de la gente de a pie». Aunque todo perfectamente encuadrado, con la asistencia por invitación y filtrado de preguntas.

Cerrado el periodo de inscripción en el censo electoral, en el caso de Ipar Euskal Herria, ciudades como Angelu o Baiona reflejan un aumento de los inscritos, en traducción de la evolución demográfica al alza en la costa labortana. A escala hexagonal el censo ha quedado fijado en 48,7 millones de electores inscritos, según los datos del Insee.

Pero una cosa es inscribirse y otra, acudir a votar. Las encuestas dicen que cuatro de cada diez inscritos no saben aún si depositarán la papeleta el 10 de abril.

La crisis sanitaria hizo que la precampaña arrancara con cierto lastre y, ya completado el trámite de la recogida de avales previo a la proclamación de candidatos, la primera semana de marzo, todo apuntaba a que el debate se impondría finalmente en la agenda.

Pero un nuevo factor imprevisto, la invasión rusa de Ucrania, devolvió la contienda electdoral al segundo plano y sacó a Macron de la competición. De hecho, este optó por no anunciar hasta fin de plazo su candidatura y lo hizo sin excesivo alarde, mediante una «carta a los franceses» en la que exponía sus ambiciones.

En medio de denuncias, sobre todo de sectores de izquierda, por «el robo del debate democrático», el predominio mediático, en razón de sus obligaciones en una situación excepcional, le permitía a Macron volar hasta un 28% en los sondeos. Una razón más para no bajar demasiado a la arena.

Tras suspender por la crisis bélica el que preparaba en Marsella, su gran acto será el 2 de abril en el parisino Defensa Arena.