El Gobierno de El Salvador respondió con capturas masivas de supuestos pandilleros a la escalada de homicidios que se ha cobrado la vida de 87 personas el fin de semana y que llevó al Congreso a decretar un estado de excepción a solicitud del presidente, Nayib Bukele. A pesar de la medida y de las detenciones masivas, las pandillas desafiaron al Ejecutivo al perpetrar el domingo, día en que comenzó el régimen de excepción, 11 homicidios más. Hasta e ese día la Policía y del Ejército capturaron al menos a 576 personas, arrestos que continuaron ayer.

Las autoridades no han explicado la razón del alza de los homicidios tras una caída desde junio de 2019 que el Gobierno atribuye al Plan Control Territorial, lo que la oposición niega.