Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

De manual goebbelsiano

Dicen que más de 3.000 periodistas se han trasladado a Ucrania para informar sobre la guerra. Me sorprende que con tantos profesionales ejerciendo su trabajo, la información sobre lo que allí está sucediendo sea tan oscura, tan manipulada, con silencios y bulos que recorren las redes sociales en una desinformación continua. En la noticia se hablaba de «guerra de la información». Para ser exactos tendríamos que encuadrarla en la existencia europea de un «frente de guerra mediático», muy organizado, que opera en primera línea de la propaganda bélica y política a favor de Ucrania, de EEUU y la OTAN y, claro está, en contra de Rusia, así en general, porque hoy ser ruso o rusa, partidario o no de Putin, constituye una especie de traición democrática a la que hay que castigar, marginar e incluso odiar. En este frente tan intocable, como las palabras que pronuncian, se puede mentir, pedir el asesinato de Putin y la castración de los prisioneros rusos; cambiar imágenes de ataques ucranianos por hipotéticas masacres rusas o explicar en televisión cómo manejar un arma para matar rusos con más facilidad. En cambio, cualquier información que se aparte de este manual de propaganda goebbelsiana es silenciada y los periodistas como Pablo González que osan hacerla son detenidos sin garantías, despedidos y hasta marcados como en los mejores tiempos del nazismo europeo.