09 ABR. 2022 AZKEN PUNTUA Ignorancia o estrategia Amparo Lasheras Periodista Cuando el presidente de Ucrania relacionó el bombardeo de Gernika con lo que está ocurriendo en su país, me sentí herida porque me pareció una burda manipulación del relato de la Guerra del 36 y, por consiguiente, de la dictadura con la que se perpetuó el nazifranquismo. Cuando los dirigentes ucranianos hablan de democracia no lo puedo evitar, algo rechina en mi interior. Es como un aviso que alerta mi preocupación ante un futuro donde los gobernantes confunden comunicación con propaganda y hacen, de esta última, una virtud política con la que fabrican emociones extremas para silenciar primero la realidad, luego la verdad y por último las ideas. Pienso que detrás de las palabras de Zelensky, de sus heroicas proclamas e historias humanas, y en su ejército, existe demasiada presencia y complacencia con la ideología nazi. En el Parlamento griego, cedió la palabra a un miembro del batallón Azov, un regimiento de la Guardia Nacional, de ideología neonazi, creado como grupo paramilitar en la guerra del Donbass. El soldado, de origen griego, afirmó pertenecer a una familia que luchó contra la ocupación nazi. No sé si la alusión a Gernika se debe al desconocimiento de la historia y el soldado del Azov a una incongruencia familiar o si todo responde a una calculada estrategia de confusión para revisar la historia y blanquear populismos que hoy ganan elecciones.