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ALAVÉS

Indefinición en ambas áreas

El Alavés cayó ante un rival directo por su fragilidad defensiva y la falta de acierto ante el marco isleño.


MALLORCA 2

ALAVÉS 1


El Alavés no estuvo nada acertado en ambas áreas en un encuentro crucial para sus aspiraciones de salvación. Consecuen- cia, una dolorosa derrota que le aleja seis puntos –pendiente de lo que haga el Cádiz mañana– de la permanencia y uno más respecto del Mallorca que, además, le gana el gol average.

Los de Julio Velázquez pecaron de una importante fragilidad defensiva que les puso muy cuesta arriba el envite. En las dos únicas ocasiones con cierto peligro que llegó el cuadro bermellón durante la primera parte encajó el Glorioso, la segunda en un momento psicológico crucial como fue el tiempo de descuento.

No solo eso. La inoperancia ofensiva de las últimas jornadas –cuatro dianas en seis encuentros– tuvo su prolongación en el estadio isleño. Las aproximaciones en ataque con mayor enjundia llegaron en jugadas de estrategia y el tanto con el que el Alavés consiguió recortar distancias fue fruto de un autogol de Raíllo en su intento de despeje de un centro de Joselu.

Además, el VAR, un factor que cada vez cobra más importancia en el fútbol de hoy día, tampoco estuvo del lado del conjunto vasco. Resultó un instrumento chismoso para anular un 0-1 obra de Lejeune –cierto que le golpeó en el brazo– que seguramente hubiera traído consigo otro partido, pero no tuvo en cuenta un agarrón a Escalante a la media hora de juego, ni un posible penalti a Pellistri en los estertores del duelo.

Sea como fuere, el bloque albiazul se vio superado por los chispazos baleares y navegó a remolque prácticamente durante casi todo el trascendental compromiso. Solo a raíz del 2-1 y aprovechando el cansancio físico de su adversario, el Alavés dejó cierta sensación de tener opciones de puntuar, aunque sin que ello se trasladase de forma fehaciente al luminoso.

Casi un milagro

Velázquez optó por el plan B que tan buen resultado le dio frente al Rayo –introducir a Manu García por delante del doble pivote–, pero ayer no dio el fruto apetecido, sin apenas generar poco más que varios pases horizontales. Cubiertas sus espaldas por Loum, también Escalante gozó de cierta libertad para llegar al área mallorquinista, aunque con el mismo desacierto generalizado.

Tampoco los cambios claramente ofensivos para la última media hora de encuentro surtieron efecto. La ansiedad por la delicada coyuntura clasificatoria hizo pecar al Alavés de excesiva precipitación en muchos lances, a la par que le faltó hilvanar fútbol con el que desbordar a una ordenada zaga local que resistió sin mayores problemas.

A falta de cinco jornadas para la conclusión del campeonato y sin que el cambio en el banquillo haya generado el objetivo deseado, el Glorioso necesita casi un milagro para conservar la categoría. Lo único a lo que le queda aferrarse es a unas matemáticas que no le dan por descen- dido y al aliento de una afición que no pierde la esperanza.