EDITORIALA

Conjurarse contra las muertes en el tajo

El primero, un trabajador de Zaragoza de 35 años, fue encontrado en una obra de Ondarroa el lunes. Todo indica que murió el sábado pasado, cuando estaba trabajando solo, a consecuencia de un corte fatal con una radial. Ayer por la mañana informaban de la segunda muerte, un camionero que resultó atropellado en la papelera de Zikuñaga, en Hernani. Esta es la semana número 18 del año, y van 23 trabajadores muertos en Euskal Herria.

En el caso del carpintero, la escena expresa por sí sola bastantes de los problemas que hay en la construcción, donde se están dando muchos de los accidentes mortales. Tras la pandemia, entre obra nueva, conservación y reformas hay mucho trabajo. Para acabar las obras se relajan las condiciones de seguridad, se meten horas y se acumula el cansancio. A 200 kilómetros de su casa, en fin de semana, nadie pensó que a ese trabajador hubiese podido pasarle nada malo, porque podían dar por seguro que estaba en el tajo. Y así murió, en la obra, solo. Los sindicatos denuncian que aquí no se están realizando las inspecciones pertinentes. En el caso de Zikuñaga, advierten de la tentación de tratarlo como un accidente de circulación, sin atender los problemas de coordinación y prevención.

En muchos casos, la recuperación de la actividad económica tras la pandemia se está haciendo a costa de trabajar más y en peores condiciones. Lo que han sufrido muchas empresas en este periodo activa alarmas que empujan a producir al máximo, a acumular trabajos, a abarcar más de lo asumible, a competir a toda costa… y se corre el riesgo de hacer las cosas mal. Es importante que las empresas se resistan a estas tendencias. Los y las trabajadoras no pueden ceder en el terreno de la seguridad y los sindicatos les tienen que proteger y representar. Las administraciones están para cumplir su función preventiva, de vigilancia y, desgraciadamente, punitiva. Este tema debería entrar de una vez por todas en la agenda sociopolítica. El país debe concienciarse de la siniestralidad laboral y conjurarse para rebajar estas cifras terribles.