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La campaña de las legislativas marca la reinvestidura de Macron


La jornada política de ayer en el Estado francés dejó claro que la campaña para las elecciones legislativas ha comenzado ya en serio: tanto a la izquierda como a la derecha, los principales partidos –excepto el RN de Marine Le Pen– se pusieron en orden de batalla cinco semanas antes de la primera vuelta para renovar los 577 escaños de la Asamblea Nacional.

Investido para un segundo y último mandato de cinco años como presidente de la República en una ceremonia que tuvo lugar en el Elíseo a última hora de la mañana, Emmanuel Macron hizo «el juramento de legar un planeta más habitable» y «una Francia viva y más fuerte».

A la espera de la designación de un nuevo gobierno, la mirada del jefe del Estado ya está clavada en las fechas del 12 y el 19 de junio, que serán la extensión de la secuencia electoral abierta por las presidenciales.

El reto de la oposición será mantener la movilización de sus electorados convenciéndoles de que “la venganza” es posible. Para Macron, será asegurar una mayoría que le permita aplicar el programa con el que ha sido reelegido.

Al final de una ofensiva táctica relámpago, Jean-Luc Mélenchon, rival de Macron en la primera vuelta presidencial, ha logrado esta semana unir bajo una misma bandera a la LFI, el PS, el PCF y EELV, respondiendo a la expectativa de la mayor parte del espectro progresista.

La puesta en escena de este gran pacto se llevó a cabo ayer en Aubervilliers con una convención para nominar a los candidatos de la Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes).