Biniam Girmay (Intermarché) logró ayer la primera victoria de un ciclista de la África negra en una grande en la décima etapa del Giro entre Pescara y Jesi, de 196 kilómetros, tras imponerse en el sprint a Mathieu van der Poel (Alpecin). En la celebración recibió el impacto en un ojo del corcho de la botella de champán que intentaba abrir y tuvo que ser trasladado a un hospital para realizarle pruebas.

El corredor eritreo de 22 años recién cumplidos ya hizo historia al ganar la Gent Wevelgem, primer clásica del World Tour para la África negra, con su medalla de plata en el último Mundial sub’23 y también se convirtió en su primer representante en lograr un triunfo en una grande al tomarse la revancha de la etapa inicial, en la que Van der Poel le superó. En todo el Giro ha seguido la rueda del neerlandés, que le felicitó tras no tener fuerzas para superarlo.

Girmay le mostró su respeto en la celebración tras cruzar la meta y declaró que «esto es increíble. El equipo controló toda la carrera desde el inicio. No tengo palabras de agradecimiento para todos mis compañeros. Estoy muy feliz, no me lo puedo creer. Es increíble. Sabía al venir al Giro que teníamos la posibilidad de ganar y obtener buenos resultados, así que esto también es parte del éxito de mi equipo, de mi familia. Estoy muy agradecido y feliz por lo que hice».

Una etapa exigente

La etapa era exigente en la segunda mitad, llena de subidas y bajadas, y Alpecin e Intermarché tomaron la responsabilidad de trabajar en el pelotón para anular primero una fuga en la que entraron Mattia Bais (Drone Hopper), Alessandro de Marchi (Israel) y Lawrence Naesen (Ag2r) y luego para descolgar a los velocistas. Cavendish y Ewan, último de la etapa a más de media hora, se quedaron enseguida y Démare no pudo aguantar en el último puerto de Cuarta de Monsano, 4,1 al 4,2%, que se coronaba a ocho de meta. Alpecin, Ineos e Intermarché marcaron un ritmo alto que anuló los intentos de Tobias Foss y Alessandro Covi y que descolgó a los sprinters que quedaban todavía por delante.

En el descenso lo intentaron Nibali, Simon Yates, Van der Poel, Carapaz y Hugh Carthy, pero ninguno pudo evitar el sprint de un grupo de una treintena de corredores en el que el del Alpecin acusó el esfuerzo realizado en esos kilómetros en los que saltó a todos los cortes e intentó escaparse en solitario a cinco de meta. Biniam Girmay lo siguió como en todo el inicio del Giro y lo superó en una llegada que lanzó desde lejos sin que Van der Poel pudiera remontarlo.

Los catorce primeros de la general llegaron en el primer grupo, con Pello Bilbao, octavo, Mikel Landa y Juanpe López, que mantuvo la maglia rosa.

La undécima etapa entre Santarcangelo di Romagna y Reggio Emilia, de 203 kilómetros llanos, ofrece hoy una nueva opción para los sprinters puros.