D.L.

Argelia corta relaciones comerciales y deja noqueado al Gobierno español

No saciada con suspender el tratado de amistad bilateral que firmaran los presidentes Aznar y Bouteflika hace 20 años, Argelia decidió congelar desde ayer las relaciones comerciales con el Estado español como castigo al giro promarroquí del Gobierno de Pedro Sánchez y a la traición al pueblo saharaui. España tiembla por el gas argelino. En plena ola de calor.

Pedro Sánchez, en su comparecencia del miércoles en el Congreso.
Pedro Sánchez, en su comparecencia del miércoles en el Congreso. (Eduardo PARRA | EUROPA PRESS)

El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, señaló que el Gobierno está analizando las consecuencias de la decisión de Argelia de congelar el comercio exterior con el Estado español y dará una respuesta «serena, constructiva, pero firme».

Horas después de que el Ejecutivo argelino decidiera suspender el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con España que firmaron hace veinte años los presidentes Abdelaziz Bouteflika y José María Aznar, los bancos argelinos anunciaron, a última hora del miércoles, la orden de congelar desde ayer mismo las domiciliaciones bancarias relacionadas con las operaciones de comercio exterior de productos y servicios desde y hacia el Estado español.

El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, se aferró ayer la literalidad de la circular de la Asociación Profesional de Bancos y Entidades Financieras (Abef) de Argelia para colegir que la decisión de congelar las relaciones comerciales con el Estado español no es definitiva y distinguir, también en cuanto a las relaciones de amistad, entre suspender y romper un tratado. En la misma línea, trató de tranquilizar a la opinión pública sobre el suministro de gas argelino al insistir en que Argelia siempre ha sido un socio fiable, con lo que el suministro «no está en riesgo en ningún caso».

No obstante, y siguiendo con cuestiones de literalidad, la circular de la Asociación Profesional de Bancos y Entidades Financieras de Argelia que congela las relaciones comerciales no establece ningún tipo de excepción para el tema de las transacciones y, por tanto, abre el radio de afectación a todo tipo de sectores, incluido el enérgético.

El miércoles fue un día horrible para el Ejecutivo de Pedro Sánchez, quien compareció por primera vez en el Parlamento para explicar su giro en la cuestión saharaui y, además de quedarse solo, recibió la bofetada por partida doble de Argel. ¿Continuará?