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Los vetos de EEUU condenan al fiasco a la Cumbre de las Américas

La IX Cumbre de las Américas finalizó el viernes (madrugada en Euskal Herria) en Los Ángeles con el recuerdo constante a Cuba, Venezuela y Nicaragua, ausentes por el veto del Gobierno de Joe Biden, que buscó, en vano, pasar página impulsando un pacto migratorio.

El ultra Bolsonaro y el anfitrión Biden . (Chandan KHANNA | AFP)

Las protestas contra el veto de EEUU a los Gobiernos de Miguel Díaz-Canel (Cuba), Nicolás Maduro (Venezuela) y Daniel Ortega (Nicaragua), tachados de antidemocráticos por Washington, se sucedieron en las deslucidas sesiones plenarias de los jefes de Gobierno con las que se clausuró la IX Cumbre de las Américas.

Los grandes protagonistas fueron, en definitiva, los ausentes. Paradójicamente más presentes que nunca.

La decisión de la Administración Biden generó un rechazo en Latinoamérica que ha marcado el antes, el durante y el después de una cumbre poco vistosa y sin debates cuerpo a cuerpo en el Centro de Convenciones de Los Ángeles. Algunos líderes directamente se borraron. Así lo hicieron los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador; de Bolivia, Luis Arce; y de Honduras, Xiomara Castro. Y varios de los que sí acudieron fueron especialmente duros con un asunto, el de los vetos, que se creía superado en 2015, cuando Cuba acudió por primera vez a una Cumbre de las Américas, en Panamá, después de seis ediciones.

La OEA está agotada.

El presidente argentino, Alberto Fernández, fue el más duro. Pidió que los anfitriones dejen de tener derecho de admisión sobre los países invitados y abogó por una restructuración de la Organización de los Estados Americanos (OEA). «El silencio de los ausentes nos interpela», señaló en su discurso.

México, representado por su canciller, Marcelo Ebrard, también se subió a ese tren y recordó a EEUU que «20 países se manifestaron en contra de las exclusiones, 10 no se pronunciaron y sólo 2 estuvieron a favor» durante la cumbre.

El presidente chileno, Gabriel Boric, que se estrenaba en una Cumbre de las Américas, también fue taxativo.

«O nos salvamos juntos, o nos vamos a hundir por separado», afirmó el joven exlíder estudiantil. El presidente izquierdista, que critica a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, denunció el doble rasero de EEUU y aseguró que el veto logra blindar sus posiciones a nivel interno. «Además de sentarse a hablar con todos, lo urgente es reformular urgentemente los mecanismos de integración regional. de un modelo agotado», apostilló.

Y ahí todos los dedos señalaron a la OEA, cuyo secretario general, Luis Almagro, mantuvo una línea dura respecto a Cuba, Nicaragua y Venezuela, y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hoy presidido por el estadounidense Mauricio Claver-Carone, antiguo asesor del expresidente Trump.