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EDITORIALA

Una lucha que revaloriza el euskara


En Ipar Euskal Herria ayer comenzó la prueba de baxoa, el equivalente a la selectividad española, con el examen de filosofía. Un año más, y a pesar de los acuerdos que en su día se firmaron, las y los alumnos euskaldunes tienen que hacer los exámenes en francés. Una situación que por la mañana fue denunciada por el Liceo Bernat Etxepare y representantes de los cuatro colegios de Seaska, que hicieron pública una declaración en la que volvían a exigir que se respeten los derechos lingüísticos de los euskaldunes. Por la tarde, el colectivo Azterketak Euskaraz bloqueó la entrada de la sede de la Inspección de Educación en Baiona, que se encontraba cerrada en ese momento. A pesar de lo simbólico de la acción -ni siquiera llegaron a ocupar el edificio-, la Policía gaseó y dispersó a los participantes, en una actuación violenta contra una concentración pacífica completamente fuera de lugar.

Es cada vez más incomprensible la obcecación del Gobierno francés en una cuestión que cuenta con un amplio respaldo de estudiantes, padres y madres, profesorado e instituciones de enseñanza, cargos públicos y de la sociedad vasca en general. Una posición que solo se puede entender desde el miedo que provoca la diversidad a un Estado jacobino. Así quedó acreditado durante la tramitación de la norma en defensa de las lenguas minorizadas, conocida como ley Molac, que abrió una pequeña esperanza el año pasado, pero que desgraciadamente se desvaneció rápidamente. Entonces se impuso una interpretación tan restrictiva que no solo no mejoraba el estatus de las lenguas minorizadas, sino que incluso lo empeoraba. Un jacobinismo del que por desgracia, los líderes de las dos principales candidaturas en las elecciones del próximo domingo, Emmanuel Macron y Jean-Luc Mélenchon, son destacados representantes.

Un panorama que augura que la lucha por que los derechos lingüísticos de los euskaldunes sean respetados en el Hexágono será larga, exigirá compromiso y tenacidad, pero que finalmente alcanzará su objetivo. Exigir que los exámenes se puedan hacer en euskara revaloriza la lengua, la prestigia.