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KIEV

Ucrania se da hasta finales de agosto para lograr una posición de fuerza ante Rusia

El jefe de la delegación ucraniana en las estancadas conversaciones de paz con Rusia, David Arajamia, apuntó la posibilidad de retomarlas a finales de agosto, confiando en que Kiev logre reforzar su posición con una serie de contraofensivas. Pero para ello Ucrania sigue insistiendo en la necesidad de recibir más armamento rápidamente.

Un proyectil caído en una calle de Lisichansk, sometida a intensos bombardeos en las últimas semanas.
Un proyectil caído en una calle de Lisichansk, sometida a intensos bombardeos en las últimas semanas. (Aris MESSINIS | AFP)

El jefe de la delegación ucraniana en las estancadas negociaciones con Rusia, David Arajamia, confirmó que Kiev no se plantea retomarlas por el momento, en una entrevista con la emisora ‘Voice of America’ -medio de propaganda de la política exterior estadounidense- en diversos países.

Rusia ha reprochado reiteradamente a Kiev haberse desentendido de la negociación y a sus aliados alejarle de la mesa de diálogo en la que, no obstante, Arajamia sí prevé sentarse a finales de agosto. El negociador dejó claro que confía en que para entonces Ucrania gane terreno tras «operaciones contraofensivas en algunos lugares».

Para retomar las negociaciones, suspendidas desde finales de marzo, puso como condición que las fuerzas ucranianas hayan conseguido reforzar significativamente su control sobre el territorio o que las tropas rusas se retiren «voluntariamente» a sus posiciones anteriores a la invasión.

Entonces, dijo, sería posible tratar «por la vía diplomática y política» cuestiones como los territorios del Donbass y la península de Crimea y «considerar un acuerdo político como el que propusimos en Estambul», en relación a la última ronda de conversaciones presenciales entre Kiev y Moscú que tuvo lugar el pasado 29 de marzo. El Gobierno ucraniano se resiste a volver a la mesa de negociación, pues considera que un alto el fuego en la situación actual haría permanente el control ruso sobre los territorios ocupados en el curso de la invasión.

Pero sobre todo espera que el armamento prometido por sus socios occidentales haga cambiar la situación sobre el terreno, y no se conforma con gestos como la concesión del estatus de candidato a ingresar en la Unión Europea.

Pérdida de equipo militar

Por primera vez desde el inicio de la campaña militar rusa el 24 de febrero, un general ucraniano precisó que Kiev ha perdido en lo que va de guerra «unos 1.300 vehículos militares, 400 tanques y 700 piezas de artillería», unas cifras que las fuentes rusas aumentan.

«A día de hoy estamos perdiendo un 30-40% y, a veces, incluso un 50% de los equipos en las acciones militares», explicó el general Volodímir Karpenko, encargado de suministro del Ejército de Tierra de Ucrania, a la revista estadounidense “National Defense Magazine”. Mientras, asegura que las armas enviadas por Occidente apenas cubren el 10-15 % de las necesidades del Ejército ucraniano, que reclama con urgencia lanzaderas múltiples, blindados, baterías antiaéreas y artillería. Para abarcar todo el frente, Kiev debe pertrechar 40 brigadas, es decir 1.200 tanques, 2.100 piezas de artillería y 4.000 blindados, insistió.

Precisamente, el Ejército ruso informó ayer de la destrucción en la región de Donetsk de cuatro cañones Howitzer suministrados por EEUU, Ucrania recibió entre abril y mayo 90 cañones de este tipo, que desplegó para frenar la ofensiva rusa cuyo objetivo es el distrito fortificado de Kramatorsk-Sloviansk.

Esta semana el presidente de EEUU, Joe Biden, anunció un nuevo paquete de 1.000 millones de dólares en ayuda militar, que incluye otros 18 Howitzer de 155 milímetros.

Pese a las promesas del presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, en su visita a Kiev de mantener la asistencia militar, Ucrania considera que es insuficiente y que además llega a un ritmo mucho menor que las promesas.

Pero también Rusia tiene prisa por acelerar un avance en los frentes del Donbass para asegurar una posición de fuerza. Y de momento, el rearme de Ucrania lo está ralentizando. El viceprimer ministro ruso, Yuri Borisov, criticó que «los países de la OTAN recogen literalmente por toda Europa lo que nosotros y en tiempos soviéticos suministrábamos a los miembros del Pacto de Varsovia», para entregarlo a Kiev, algo que está prohibido sin la autorización de Moscú. «Destruiremos esos equipos antes de que lleguen a las zonas de combate», advirtió.

Mientras, en el frente del Donbass las tropas rusas están concentrando tanques, blindados y toda clase de vehículos militares a unos 40 kilómetros el este de Severodonetsk, donde los últimos defensores ucranianos resisten en la planta química de Azot, bombardeada por el Ejército ruso, al igual que localidades cerca de Severodonetsk y Lisichansk.