GARA Euskal Herriko egunkaria
KOLABORAZIOA

Sanfermines: tareas pendientes


Estos dos años que, obligadas por la pandemia, hemos pasado sin fiestas, se nos presentan ahora como una enorme ocasión perdida.

Ocasión perdida para llevar a cabo una profunda reflexión del actual modelo de fiestas que es el resultado de demasiados años haciendo lo mismo por parte de los y las diferentes agentes que participan en ellas, sin prestar la atención necesaria a algunas de las alarmas que se iban encendiendo.

El alcalde Maya, lejos de haber aprovechado el parón para organizar y liderar una profunda reflexión, lleva dos años ejercitándose justo en lo contrario, anunciando en solitario iniciativas improvisadas que se basan justamente en promover más masificación.

Algunas de ellas no han tenido ningún eco, como la de prolongar las fiestas un fin de semana más o el macroconcierto en el Arena para atraer más gente, pero otras, como las diez nuevas barras de bar en la plaza del Castillo nos dan más miedo que tranquilidad.

Y es que a Maya y a Navarra Suma se les ve el plumero una y otra vez, en su afán de otorgar privilegios a algunos sectores mientras marginan a otros. No es casualidad que entre los sectores desfavorecidos se hallen colectivos sociales y culturales sin ánimo de lucro y que fomentan la participación ciudadana y la solidaridad.

No es casual que Maya no los quiera en el «centro» de la fiesta, porque su «fiesta» tiene que ver más con masificar y maximizar los beneficios económicos de unos pocos, que con planificar un modelo de fiestas más local, más participativo, más auténtico y más igualitario.

Siendo la violencia machista una de las lacras de nuestras fiestas, a Maya le preocupa más que la imagen de sus «sanfermines» no se empañe con denuncias de posibles agresiones sexistas, que continuar con la labor desarrollada en los últimos años en colaboración con la plataforma de mujeres contra la violencia sexista. Es mérito de esta plataforma que al fin el Ayuntamiento vaya a mantener el protocolo en vigor desde 2016.

Se podía haber hecho mucho más y el Ayuntamiento de Maya y Navarra Suma no han estado a la altura. Sigue estando pendiente una profunda reflexión sobre nuestro modelo de fiestas y tendremos que hacerlo desde el mismo día 15 de julio.

Pero aún así, tenemos la oportunidad de festejar unos sanfermines memorables, donde demos rienda suelta a la alegría y el disfrute comunitarios, cuidándonos y cuidando el entorno.

¡Que brillen la limpieza y el respeto mutuos porque sí!

¡Nuestro disfrute será compartido o no será!