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LONDRES

Johnson deja un legado terrible para su sucesor, pero los tories están aliviados

Boris Johnson dimitió tras una huída en masa de los suyos que selló su destino y el final de uno de los períodos más turbulentos de la política británica. En su despedida culpó a sus ministros por conspirar contra él, pero no expresó arrepentimiento por sus errores. Deja una tarea infernal para su sucesor. Pero los conservadores suspiran sosegados.

Imagen de Boris Johnson ante el número 10 de Downing Street, residencia oficial del primer ministro británico.
Imagen de Boris Johnson ante el número 10 de Downing Street, residencia oficial del primer ministro británico. (Justin TALLIS | AFP)

Siguen revueltas las aguas en la política británica. Todo está aún confuso. Johnson dimite pero no se va, renuncia pero se aferra al poder, espera permanecer en el cargo durante los próximos meses. Los tories creen que un nuevo líder puede acabar con todo el daño a la reputación que el comportamiento del todavía primer ministro ha causado al partido. Y suspiran para que la sucesión sea lo más rápida posible, para que Johnson no se convierta y no dé la imagen de ser un «okupa» en el número 10 de Downing Street.

Casi todos los tories parecen coindir ahora: Johnson era el problema, y se va, pueden volver a poner un líder «sensato». La versión del partido de Johnson les funcionó de maravilla en 2019 para resolver la crisis del Brexit y ganar de forma abrumadora las elecciones, pero eso tiene el estilo populista, que no funciona con un líder impopular.

Sentido de urgencia,

esa es la sensación que se ha apoderado de los tories. Siguen teniendo a Johnson como primer ministro interino, a alguien al que casi todos en el partido dijeron que debía irse hace solo unos días, y cuyos índices de aprobación pública son absolutamente terribles. El panorama para los conservadores ciertamente no es muy halagüeño pero se respira otro aire de alivio, sobre todo porque los parlamentarios tories ahora tienen la autoridad para deshacerse de él a través de sus propias reglas internas, una autoridad que no tenían hasta esta semana.

No todos son tan optimistas de que el daño causado por Johnson pueda ser curado tan fácilmente. Con muchas facciones en guerra, la unidad del partido es un problema, exacerbado por el Brexit, la crisis del costo de vida y las guerras culturales. Y finalmente están los leales a Johnson, que siguen estando ahí. A sus ojos, era un gigante al que cortaron las alas y ahora los tories tienen que encontrar a alguien con su gancho electoral que, simplemente, no existe.

Sinn Féin presenta una moción de censura contra el Gobierno

La presidenta del Sinn Féin, Mary Lou McDonald, ha confirmado que presentarán una moción de censura contra el Gobierno del Fine Gael, Fianna Fáil y el Partido Verde, que ya no tiene mayoría. Tras dos años de gobierno, «se ha quedado sin camino, sin tiempo y sin ideas» y es «momento de terminar su mandato».

El tripartito perdió la semana pasada una votación por la oposición de un parlamentario democristiano cuya salida le ha dejado en minoría, en una coyuntura marcada por la crisis de la vivienda, la espiral de inflación y el disparado coste de la vida. Para Sinn Féin, el Ejecutivo irlandés está «desconectado» de la realidad, aunque «podría improvisar mayorías» -y salvar la moción de censura-, pero «no da más de sí». GARA