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PARÍS

La Asamblea francesa rechaza la moción de censura a Borne

Con solo 146 votos a favor, lejos de los 289 necesarios, la Asamblea francesa rechazó la moción de censura presentada por la alianza de izquierdas Nupes contra la primera ministra, Elisabeth Borne. Consciente de que la iniciativa no saldría adelante, la coalición de izquierdas defendió un debate de «clarificación».

Para hacer caer al Gobierno de Borne era imprescindible el voto de los conservadores de LR o los ultraderechistas del RN, que dejaron claro que no la apoyarían. El pleno de escaños de insumisos (LFI), socialistas (PS), ecologistas (EE-LV) y comunistas (PCF) solo llega a 151 y tampoco todos votaron a favor de la censura, que obtuvo 146 apoyos.

«Todos han podido contarse» y «ahora podremos trabajar. Hemos perdido media jornada», afirmó el portavoz del Ejecutivo, Olivier Véran, subrayando que «el congreso de la Nupes ha terminado».

«Ha llegado la hora de la verdad. Esta moción de censura ocupará el lugar de la clarificación política», había advertido previamente la líder del grupo LFI, Mathilde Panot, dirigiéndose a la primera ministra. «Los que no votarán esta moción de censura serán los partidarios de su política», desde la reforma de las pensiones hasta «la política de ruptura e injusticia social», añadió.

La moción fue concebida como una muestra de «desconfianza» hacia Borne, que no tiene mayoría absoluta en la Asamblea y no buscó un voto de confianza el 7 de julio tras su discurso de política general, tras el revés de las formaciones que la apoyan en las legislativas. «Usted no tiene legitimidad, ni política ni parlamentaria», afirmó Panot.

Aludió también a las revelaciones de un consorcio de medios internacionales sobre cómo Emmanuel Macron, cuando era ministro de Economía, ayudó decisivamente a la implantación de la empresa estadounidense Uber en el Estado francés a pesar de las críticas a las condiciones de sus conductores.

Borne, por su parte, criticó la actitud «obstruccionista» de la izquierda y calificó la moción como «postureo». «Los franceses necesitan un Gobierno que actúe, pero algunos solo tienen una obsesión: censurarlo», afirmó.