Magnus Cort Nielsen (EF) encontró ayer en la décima etapa del Tour entre Morzine y el altipuerto de Megève, de 148,1 kilómetros, con una subida final de 19,2 al 4,1%, la recompensa a su combatividad. Culminó con su segunda victoria en la prueba tras la de 2018, que se suman a las seis de la Vuelta, su quinta fuga en nueve etapas en línea tras superar en un apretado sprint a Nick Schultz, los mejores de un grupo de 25 corredores en el que repitió Ion Izagirre, decimoquinto. Lennard Kämna (Bora), décimo, amenazó el liderato que mantuvo Pogacar por once segundos tras el trabajo de un UAE muy mermado.

George Bennett, uno de sus principales apoyos para la montaña, no tomó la salida y se convirtió en la segunda baja del equipo por covid. Majka sigue en carrera pese a dar positivo y Hirschi y Marc Soler se quedaron descolgados en la batalla inicial por entrar en la escapada, con un intento de Ineos de meter a Pidcock en el corte bueno que no cristalizó. Marc Soler y Bjerg trabajaron por detrás y Pogacar mantuvo el maillot amarillo y sprintó al final, aunque dijo que el UAE no trabajó para defenderlo.

La situación del equipo del líder da un mayor interés a la jornada reina de hoy entre Albertville y el Col de Granon, con 4.000 metros de desnivel en 151,7 kilómetros que presentan las subidas de Lacets de Montvernier (2ª, 3,4 kms al 8,2%), el Télégraphe en el 84 (1ª, 11,9 ms. al 7,1%) para enlazarlo con el Galibier (17,7 kms. al 6,9%), que se pasa a 45 de la meta situada a 2.413 metros de altitud tras 11,3 kms. al 9,2%.