Jon ORMAZABAL
REMONTE

Javi Urriza agranda su leyenda con su octava txapela y una gran incógnita

El campeón maneja la posibilidad de no volver a defender el título el año que viene tras superar a Barrenetxea IV por 30-27 en una disputadísima final, con hasta 15 abrazos en el marcador, el último a 24, ante 900 volcados espectadores en Galarreta.

Javi Urriza posa sonriente con su octava txapela, quizá la última.
Javi Urriza posa sonriente con su octava txapela, quizá la última. (Maialen ANDRÉS ORIAMENDI)

A pesar de que físicamente cada vez le es más complicado responder a las exigencias de un Individual -hace quince días terminó tocado en el isquio y la muñeca-, ese instinto ganador que le ha llevado a ser uno de los remontistas más grandes, esos pequeños detalles que deciden los momentos calientes que siempre caen de su lado, no abandona a un Javi Urriza que, en su decimoprimera final consecutiva, se caló su octava txapela tras imponerse a Endika Barrenetxea por 30-27.

Un título que agranda la leyenda del iruindarra, ese referente que todos los deportes necesitan, que ha podido haber vivido su último capítulo, ya que el delantero no tiene claro que el año que viene vaya a defender el título que le arrebató al zaguero hernaniarra en la cuarta edición del clásico actual del remonte. Terminado el partido señaló que la de retirarse de la lucha por el Individual es una posibilidad que ahora mismo pasa por su cabeza tras todo lo que ha sufrido en este campeonato. «No quiero tomar decisiones en caliente. Es posible que sea el último campeonato que juego, ya que es muy duro, pero todavía no está decidido. No lo sé», declaró, abriendo una gran incógnita.

INTENSA Y DISPUTADA.

Había alguna duda sobre el estado real de los dos finalistas tras algunos problemas arrastrados durante la competición, pero llegado el día D, ambos se vaciaron en la cancha para deleite de los 900 aficionados que llenaron Galarreta, con una final a la que quizá le faltó algo de ritmo y peloteo durante alguna fase, pero que, con hasta 15 abrazos en el marcador, el último a 24, buenos tantos, peloteos brillantes y sólidas defensas por ambos lados, satisfizo hasta los paladares más exigentes de esta complicadísima especialidad.

Tras unos primeros tantos de tanteo, con el saque como principal argumento, Endika Barrenetxea tuvo un par de momentos en los que parecía que podía romper el partido de su lado adelantándose 14-11 y 19-15. Sin embargo, con esa misma pelota, Urriza le devolvió el golpe de la misma manera y saber agarrarse al partido en ese momento crítico fue una de las claves de su triunfo.

Ninguno de los dos fue capaz de romper a su rival con sus principales argumentos y, poco a poco, Urriza fue creciéndose, como tantas otras veces. El iruindarra conectó un gran pelotazo en el 24-25 y un dos paredes precioso le daba una renta pequeña de dos tantos. Tras el 25-26 de Barrenetxea, llegó una falta de saque protestada, pero que fue clara. En el siguiente tanto la suerte sonrió al campeón con un pelotazo que rozaba la chapa de abajo y y un gran saque le ponía a las puertas de la victoria, 25-29. Ni así se rindió Barrenetxea, apretó un poquito más, pero Urriza no falló y se hizo con la txapela, ¿la última?