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Rusia trata de lograr un alto el fuego en plena ofensiva azerí contra Armenia

Rusia, casualmente enfangada en un revés militar en Ucrania, apela a su papel mediador para instar a un alto el fuego en la cuarta ofensiva militar azerí en dos años contra Armenia y lo que le queda del enclave de Nagorno Karabaj. Turquía se alinea con Bakú e Irán no oculta su nerviosismo.

Opositores y familiares de heridos en la ofensiva azerí, ante el Parlamento armenio. (Karen MINASIAN AFP)

El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinian, se dirigió a Rusia, a la alianza militar postsoviética OTSC e incluso al Consejo de Seguridad de la ONU para denunciar la ofensiva militar que Azerbaiyán llevó a cabo el lunes a medianoche en varios puntos de la frontera.

Pashinian apuntó ayer que «la intensidad de los combates ha disminuido», si bien hizo hincapié en que «los ataques azeríes continúan en una o dos direcciones».

Este relativo frenazo en la ofensiva coincide con el anuncio por parte de Rusia de un acuerdo de alto el fuego entre Armenia y Azerbaiyán. «Esperamos que el acuerdo alcanzado con la mediación rusa y que entró en vigor a las 09.00 hora de Moscú (06.00 GMT) el 13 de setiembre, se cumpla plenamente», indicó el Ministerio de Exteriores ruso.

Sin embargo, Azerbaiyán y Armenia se acusaron mutuamente de violar el alto el fuego. Bakú informó de 50 bajas mortales en sus filas mientras Ereván informó previamente de la muerte de al menos 49 militares armenios.

Moscú, que también medió un alto el fuego entre las partes tras la guerra de 44 días en otoño de 2020 por el control de Nagorno Karabaj, instó a las partes a que «cumplan estrictamente» los acuerdos alcanzados por los líderes de Rusia, Azerbaiyán y Armenia del 9 de noviembre de 2020, el 11 de enero y 26 de noviembre de 2021 para una resolución pacífica del conflicto.

La venganza de 2020

Azerbaiyán lanzó en setiembre de 2020 una primera ofensiva para hacerse con el control de Nagorno Karabaj, un territorio con población mayoritariamente armenia que es foco de conflicto desde que decidiera separarse en 1988 de la región de Azerbaiyán, integrada entonces en la Unión Soviética.

Las hostilidades se prolongaron durante seis semanas y dejaron miles de muertos. Finalmente, los dos países alcanzaron un acuerdo sobre el alto el fuego con la mediación de Rusia, por el que se permitía que las fuerzas de paz rusas se establecieran en Nagorno Karabaj por un periodo de cinco años.

Entonces, Bakú recuperó el control de territorios que en su día formaban parte de Azerbaiyán y que fueron anexionados por Ereván como «zonas de seguridad» en torno a Nagorno Karabaj. Desde entonces, Bakú ha llevado a cabo varias ofensivas militares, en mayo y noviembre de 2021, y el pasado mes de agosto de este año.

Tras ellas, se ha hecho con el control de territorio de Nagorno Karabaj y se ha asegurado el control del paso de Lachin. Además arrancó el compromiso de una vía de comunicación terrestre entre Azerbaiyán y el encalve azerí de Najicheván.

Si la ofensiva coincidió en 2020 con lo peor de la pandemia de covid-19, Azerbaiyán ha aprovechado en estos meses la concentración de Rusia en su guerra contra Ucrania. Esta última ofensiva coincide con el mayor revés militar ruso desde que comenzó la invasión.

Pashinian tildó de «absoluta mentira» e «informaciones falsas» las acusaciones de Azerbaiyán de una provocación previa por parte de Armenia con «actos de sabotaje en las direcciones de Dashkesan, Kelbajar y Lachin», en la frontera común.

Según Pashinian, la agresión azerbaiyana está relacionada con la falta de voluntad de Bakú para avanzar en las negociaciones de paz, como asegura «quedó patente» durante una reciente reunión con el autócrata azerí, Ilham Aliyev, en Bruselas.

Turquía e Irán

Por contra, el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Cavusoglu, hizo suya la versión azerí e instó a Armenia «a cesar en sus provocaciones y a concentrarse en las negociaciones de paz».

Turquía es aliado de Azerbaiyán, autocracia con mayoría chií pero cuya población, los azeríes, es turcomana.

Irán, que alberga dentro de sus fronteras una importante minoría azerí, advirtió, por boca del portavoz del Ministerio de Exteriores, Naser Kananí, de que Teherán «no aceptará ningún cambio en las fronteras de la República de Azerbaiyán y la República de Armenia» e instó a ambas partes «a resolver sus disputas pacíficamente y de acuerdo con las leyes internacionales».

Igualmente, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, mostró su «profunda preocupación» por los enfrentamientos y reclamó un fin «inmediato» de las hostilidades. En paralelo, el líder armenio abordó la escalada con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.