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Xi llega a Kazajistán en su primer viaje al exterior en más de dos años

El presidente chino, Xi Jinping, aterrizó ayer en el aeropuerto de la capital de Kazajistán en su primera visita al extranjero en más de dos años, y en la víspera de una cumbre regional en la que se encontrará con su homólogo ruso, Vladimir Putin, para profundizar en su alianza frente a Occidente.

Kasim-Yomart Tokayev (d) entrega a Xi Jinping (i) el más alto honor de Kazajistán, la Medalla del Águila Dorada. (PRESIDENCIA DE KAZAJISTÁN | AFP)

El máximo líder chino, Xi Jinping, no había salido del país en visita oficial desde los primeros días de la pandemia del covid-19 en 2020, y fue recibido por el presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokayev, ambos protegidos con mascarillas. Según la Presidencia kazaja, la visita tiene como objetivo reforzar en Kazajistán los lazos del gigante asiático con la «locomotora» de Asia Central.

Xi seguirá camino a Uzbekistán para asistir hoy a la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai.

Kazajistán y Uzbekistán son dos países estratégicos del Asia Central postsoviética, región que está en el corazón de las “Nuevas Rutas de la Seda”, un vasto proyecto económico y geopolítico liderado por el secretario general del PCCh para apuntalar los lazos comerciales de China con el resto del mundo.

Estaba previsto que Nursultán y Pekín firmaran una serie de acuerdos bilaterales.

En la víspera, en un artículo publicado por el diario “Kazajstánskaya Pravda” (“La Verdad Kazaja”), Xi propuso «un nuevo paradigma de desarrollo de las relaciones bilaterales», tanto en el ámbito económico como en seguridad.

Los intercambios comerciales ascendieron en 2021 a los 25.000 millones de dólares, a lo que sumaron los 21.200 millones de dólares en proyectos conjuntos. Además, propuso fortalecer la cooperación en el ámbito militar y de seguridad «a la vista de la difícil situación internacional».

Las «tres plagas»

Xi propone cooperar con Kazajistán en la lucha contra el tráfico de drogas y el crimen organizado pero pone el acento en la «guerra contra las tres plagas», térmio utilizado por Pekín para designar el «terrorismo, el separatismo y el extremismo religioso».

El Gobierno chino ya ha utilizado esta fórmula para justificar la represión en Xinjiang (Turquestán Oriental), enclave colonizado por China fronterizo con Kazajistán, y donde la población autóctona musulmana, sobre todo uigur, trata de resistir.

La ONU acaba de hacer suyas las acusaciones de países occidentales y de organizaciones de defensa de los derechos humanos sobre el internamiento de más de un millón de uigures y miembros de otras minorías musulmanas, incluida la kazaja, en campos de «reeducación».

Miles de kazajos tienen lazos familiares con los habitantes de Xinjiang, donde constituyen la segunda minoría turcomana después de los uigures. El Ejecutivo de Kazajistán, líder en hidrocarburos, trata de alinearse con Pekín en el dossier sobre Xinjiang, pero el país se ha convertido en refugio de exiliados y de ONG que denuncian la represión y la complicidad de Nursultán.

Encuentro con Putin

Xi viajará hoy a Samarkanda, ciudad uzbeka, para asistir a la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), integrada por China, Rusia, los cuatro países de Asia Central (Kazajistán, Uzbekistán, Kirguizistán y Tayikistán), India y Pakistán.

Se reunirá con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, al margen de la cumbre. Moscú asegura que la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) «es una alternativa real a las estructuras orientadas hacia Occidente».

Resulta sintomático que Xi haya iniciado su gira en Kazajistán, escenario en enero de este año de una represión feroz contra el régimen autócrata, y que fue sofocada con la ayuda del Ejército ruso.