Guerra, desastres climáticos, inseguridad alimentaria... Crisis que ya vivían buena parte de los países representados en la Asamblea de la ONU asedian hoy a todo el mundo y protagonizan la reanudación de esta cita anual en la que durante casi una semana intervendrán unos 150 jefes de Estado y de Gobierno.

«Nos reunimos en un momento de gran peligro para el mundo», afirmó el secretario general de la ONU, António Guterres, enumerando conflictos y desastres climáticos, «desconfianza y división», «pobreza, desigualdad y discriminación».

En su discurso, alertó sobre un «invierno de descontento mundial que se avecina en el horizonte». «Se desata la crisis del poder adquisitivo, se desmorona la confianza, estallan las desigualdades, arde nuestro planeta» y, pese a todo, «estamos bloqueados por una colosal disfunción global», lamentó Guterres en su discurso inaugural.

Impuestos a las energéticas

Por ello, instó a «ir más allá de interminables discusiones» y propuso actuar frente a las grandes empresas productoras de combustibles fósiles que «se deleitan» con las ganancias infladas por la guerra en Ucrania, gravando estos beneficios para redireccionarlos, en parte, a los países que sufren pérdidas por los impactos devastadores del cambio climático y a las poblaciones que experimentan inflación.

La invasión de Rusia a Ucrania está en el centro de esta semana diplomática, pero a los países del Sur les molesta cada vez más que los occidentales centren su atención en este conflicto. «No solo queremos hablar de poner fin al conflicto en Ucrania. Queremos que los conflictos terminen en Tigray, queremos que los conflictos terminen en Siria, queremos que los conflictos terminen dondequiera que miren en todo el mundo», lo resumió el lunes la primera ministra de Barbados, Mia Mottley.

Además, los países empobrecidos, en primera línea frente a los efectos devastadores del calentamiento global del que no son los máximos responsables, luchan en particular para que los países ricos finalmente cumplan sus promesas de ayuda financiera.

Entre las intervenciones de ayer, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, hizo de su discurso un acto electoral para atacar a la izquierda; el colombiano, Gustavo Petro, pidió acabar la «irracional» guerra contra las drogas que ha fracasado y está destruyendo la selva amazónica, y el turco, Recep Tayyip Erdogan, aprovechó para arremeter contra Grecia por convertir el mar en un «cementerio de refugiados» mediante las devoluciones en caliente y hundiendo barcas de personas migrantes.

La Asamblea tiene algunas ausencias notables, como la de los presidentes ruso, Vladimir Putin, y chino, Xi Jinping.

NBEk torturak leporatu dizkio Venezuelari

Venezuelako inteligentzia zibileko eta militarreko zerbitzuetako buruek gizateriaren aurkako krimenak egin dituzte oposizioa zapaltzeko, Nicolas Maduro presidenteak eta gertueneko laguntzaileek zuzenean agindutako ekintzen bidez, NBEk salatu duenez. «Nicolas Maduro presidentea eta goi mailako beste agintari batzuk (...) izan ziren disidentzia zapaltzeko prozeduren diseinuaren eta inplementazioaren eta haiek mantentzearen egileak», adierazi du NBEk Venezuelarako sortutako nazioarteko ikerketa-misioak.

«Venezuelako Estatuak inteligentzia-zerbitzuak eta haren agenteak erabiltzen ditu disidentzia zapaltzeko. Horrek delitu larriak eta giza eskubideen urraketak eragin ditu, tortura eta sexu-indarkeria ekintzak barne», dio misioak aurkeztutako txostenak. Misio berak 2020an salatutako ekintzak jaso ditu, baina oraingoan Kontrainteligentzia Militarreko Zuzendaritza Nagusia (Dgcim) eta Inteligentzia Nazionaleko Zerbitzu Bolibartarra (Sebin) erakundeenak aztertu ditu, 122 tortura, sexu indarkeria eta bestelako tratu anker kasu jasota. Dioenez, oraindik ere azpiegitura eta praktika berek diraute.GARA