El Ejército israelí mató ayer a cuatro palestinos en una redada en un campo de refugiados de Jenin, en la Cisjordania ocupada, en la jornada más sangrienta de este año, y tras semanas de repunte de la tensión. Los soldados irrumpieron en la vivienda familiar de un palestino al que se acusa de un ataque perpetrado en abril contra un bar en Tel Aviv, que se saldó con tres muertos.

El Ministerio de Sanidad palestino señaló que «el número de mártires en Jenin ha ascendido a cuatro» y agregó que otras 44 personas resultaron heridas en «los enfrentamientos tras la resistencia a la redada». Detalló que entre los fallecidos figura Abdulfazi Hazem, hermano de Raad Hazem, presunto responsable de un atentado el 7 de abril en Tel Aviv y quien murió después en un tiroteo con las fuerzas israelíes. Los otros tres muertos son Mohamed Alaune, a quien involucran en otros atentados, su hermano Ahmed Alaune y Mohamad abu Naase.

Vivenda demolida

Las fuerzas de seguridad israelíes ya habían demolido la vivienda de Raad Hazem en el campo de refugiados, pero Israel insiste en que tanto su padre, que aplaudió públicamente las acciones de su hijo, como dos de sus hermanos acudan a declarar, informó “The Times of Israel”.

El Ejército israelí señaló que el objetivo de la redada era «detener a dos sospechosos implicados en varios ataques armados recientes» y añadió que «tras rodear la residencia en la que estaban, fue activado un artefacto explosivo y los sospechosos abrieron fuego». Un portavoz de la Policía Fronteriza vinculó a Hazem y Alaune con varios tiroteos en los últimos meses y los acusó de planear nuevos ataques.

El portavoz de la Presidencia de la Autoridad Palestina, Nabul Abu Rudeina, acusó a Israel de «mostrar un desprecio total por la vida de los palestinos» y de «socavar la seguridad y la estabilidad regional». Apuntó que estos sucesos «no garantizarán a Israel legitimidad o seguridad», según la agencia palestina WAFA.