Natxo MATXIN
OSASUNA

Fallos propios sumados a la calidad del rival hacen imposible sumar

La escuadra navarra encajó al filo del descanso después de afanarse en un ejercicio defensivo durante casi toda la primera mitad y terminó de penar con el definitivo 2-0 tras un grave error de Herrera en una salida aérea al inicio de la segunda parte.

Darko, que ha saltado en el once, ha dispuesto de un buen tiro mediada la primera parte.
Darko, que ha saltado en el once, ha dispuesto de un buen tiro mediada la primera parte. (Omar ARNAU | AGENCIA LOF)

Esta vez la visita al Villarreal no tuvo premio. Y con razón. Osasuna firmó seguramente su peor encuentro como visitante del presente curso. Fallón en ambas áreas, la mayor calidad de su oponente resultó un impedimento añadido como para puntuar ante el submarino amarillo.

El ordenado ejercicio defensivo de la escuadra navarra le dio hasta el filo del descanso. Después de meter miedo con sendos disparos de Chimy Ávila y Darko, cuando los rojillos encontraron espacios para probar a Rulli en los primeros veinte minutos, posteriormente ya se vieron sometidos por el dominio local.

Y este se transformó en el 1-0 en el 42, después de una pérdida en campo contrario de Darko, el balón largo de un gran pelotero como Baena, la velocidad punta de un Jackson que dejó atrás con demasiada facilidad a Aridane y la calidad de Danjuma para rematar de espuela al fondo de las redes.

ERROR DE HERRERA

La reacción que cabía esperar de Osasuna -volvió a presionar muy arriba tras la vuelta de vestuarios- se vino abajo a las primeras de cambio. Herrera, que lo había hecho todo bien hasta ese momento, cometió un error grueso en su salida a un balón aéreo que acabó con puñetazo en la cabeza a Baena.

Danjuma firmó su doblete con la transformación de la pena máxima y el envite quedó visto para sentencia. Porque, si bien Jagoba Arrasate movió banquillo para la última media hora buscando mayor profundidad y reacción, lo cierto es que el equipo careció de ella y volvieron a ser los disparos desde fuera del área su única propuesta, pero desviada.

Rubén García, que en algunos lances pecó de invidualismo, como lo había hecho Chimy Ávila en el primer tiempo, lo intentó en dos ocasiones, al igual que Abde, quien protagonizó el mejor chut, obligando a Rulli a volver a emplearse a fondo. Espanyol y Girona deben ser partidos para recuperar el buen tono.