Natxo MATXIN
OSASUNA

El Sadar vuelve a sonreír con un merecido triunfo a fuego lento

La escuadra navarra firmó una primera mitad sin apenas llegadas de peligro, pero todo se aceleró a raíz del gol de Budimir en el minuto 54, espoleando a los rojillos, quienes tuvieron un buen número de ocasiones para finiquitar, pero también hubo sustos.

Ante Budimir celebra el 1-0, en presencia de Aimar y David García.
Ante Budimir celebra el 1-0, en presencia de Aimar y David García. (Iñigo URIZ | FOKU)

Osasuna se reencontró con un triunfo muy necesario después de cuatro jornadas sin poder ganar y lo hizo de manera muy merecida ante un Espanyol bastante ramplón, pero que metió miedo hasta el último momento. Budimir, que no parece estar en el campo, volvió a ser decisivo por su eficacia. El ariete croata anotó la única que tuvo clara con un remate de cabeza al inicio de la segunda parte.

Esa diana cambió por completo a la escuadra navarra, que saltó al campo con un once revolucionario -siete cambios, nada menos-, pues a partir de ahí fabricó todo el peligro que no había generado en una primera mitad a la que le sobró toque y le faltó verticalidad. La que tuvo un Abde que, como el equipo, fue de menos a más y terminó saliendo ovacionado por la grada como recompensa a sus acciones individuales.

De hecho, el conjunto rojillo buscó con ahínco cerrar el choque con numerosos lances, pero unas veces la falta de acierto, otras la inspiración de Lecomte y una tercera, el palo, impidieron que el final de partido fuese más placentero.

BUEN DEBUT DE AITOR

Y es que, pese a los merecimientos que acumuló Osasuna para hacerse con los tres puntos, también se sufrió en varios acercamientos aislados de los periquitos, a los que respondió con creces un muy seguro Aitor Fernández, que fue la gran novedad de la alineación titular.

Lo más importante es que los de Jagoba Arrasate consiguieron cortar la sangría de las últimas jornadas y especialmente ese mal sabor de boca que se había instalado tras el gran inicio liguero. Como comentó el técnico de Berriatua en la previa, todo ese carrusel de sensaciones contrapuestas había que relativizarlo y el equipo volvió a demostrar que se puede confiar en él.