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EDITORIALA

Presupuestos, como siempre, ¿sociales?


El proyecto de presupuesto del Gobierno de Lakua para 2023 que ayer entregó el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, en el Parlamento de Gasteiz asciende a 14.250,7 millones de euros, una cantidad menor que la del actual tras las modificaciones que lo aumentaron hasta 14.345, independientemente de que el recientemente presentado, y que a buen seguro será aprobado el 23 de diciembre, pueda ser incrementado a lo largo del próximo ejercicio. Un presupuesto «valiente y anticíclico», en palabras del lehendakari Iñigo Urkullu, en el que llama la atención que lo destinado a Salud y Educación no se corresponda con la relevancia de ambos ámbitos. En el proyecto de 2022 a Salud le correspondia el 33,4% de todo el presupuesto, y para 2023, el 32,6%. Lo destinado a Educación, por su parte, supone el 24,4%, frente al 24,7% proyectado el pasado año.

Son unos presupuestos, en palabras recientes de Azpiazu, «capaces de capear el temporal», lo cual en principio no parece muy ambicioso; bien es cierto que a renglón seguido aseguró que el proyecto de presupuesto está pensado para «no dejar a nadie atrás y para afrontar con solvencia los retos de futuro que tiene este país». Nadie puede oponerse, pues, a unos presupuestos pensados para tan loable objetivo. Sería bastante más complejo ponerse de acuerdo en cuáles son los retos de futuro de este país. Es de suponer que se refiere a la gente del país, por lo que han de ser los retos de esa gente los que se deben afrontar. Los retos de una gente que ha visto un deterioro evidente en su sistema de salud. Y para hacer frente a ese reto abordando, según aseguran, un aumento estructural considerable de plantilla y de servicios, su presupuesto baja con respecto al proyecto para 2022. Otro tanto ocurre en Educación.

Es habitual a la hora de aprobar presupuestos oír decir que son los más sociales jamás presentados. ¿Lo son en la medida en que podrían serlo? No es habitual que en realidad lo sean. El hecho de decirlo no se traduce en la necesaria inversión en lo que es vital para la sociedad o, como dijo el consejero, en los retos de futuro, y los inmediatos, del país.